viernes. 19.04.2024

En un día espléndido de temperatura, dónde se llegaron a rozar los 30 grados durante muchos momentos de la mañana, el corredor José Antonio Agüera pararía el crono en 3 h 49’ cuando cruzaba loa meta instalada en la Escuela de Infantería de Marina Albacete y Fuster, como siempre repleta de público.

Casi 4.000 valientes supermanes y superwoman –super hombres y súper mujeres- se dieron cita poco antes de las 8 de la mañana para meterse 51 kilómetros entre pecho y espaldas, monte arriba y monte abajo, de esta esforzada Ruta de las Fortalezas que ya se ha hecho famosa en España. Sus primeros pasos se encaminaron hacia el Castillo de los Moros, en el barrio de Santa Lucía, que en esta edición suponía una de las principales novedades.

El itinerario discurre por algunas de las fortalezas más significativas que rodean la ciudad de Cartagena. Vestigios de un pasado en el que la defensa del puerto de esta ciudad tenía una importancia estratégica para España.

Algunos castillos y baterías de costa que ya forman parte del paisaje pero que siguen evocando historias y leyendas de héroes, batallas y naufragios.

Entre tanta belleza y tanto cansancio y esfuerzo para muchos José Antonio Agüera hizo lo que parecía increíble, bajar el cróno de las cuatro horas, concretamente 3 h 49 minutos con muchas molestias musculares como comentó al final de la prueba. Añadió que lo hizo pensando en su hija pequeña, a la que le dedicaría la victoria, la primera en sus cinco participaciones.

Estuvo seguido de Alberto Plazas con 3 h 50’ 20” y la gercera plaza para José Antonio Meroño. El cuarto puesto fue para Ángel Mayor y la quinta y la sexta plaza para Óscar Latorre y el incombustible Antonio Ibarra, a la sazón uno de los fisios del FC Cartagena y consumado corredor quien entraría en la meta al unísono con sus tres niñas, lo que pondría un plus de emotividad acompañado de muchos aplausos.

Por lo que atañe a la parte femenina Cristina González fue la mejor. Superó en muy poco las cuatro horas y media y la segunda clasificada fue Inma Tondra, otra experrta corredora, esposa de Antonio Ibarra y que el año pasado precisamente sería la gran vencedora de la supermarationiana prueba de los 111 kilómetros.

Porque, clasificaciones al margen, todo el que participó en esta exigente prueba, fue un valiente o una valiente. Hacer 51 kilómetros ya tiene mérito, sea andando o corriendo como en muchos casos. Empezaron probando las cuestas del Castillo de los Moros y desde ahñi dirigieron sus pasos hasta el monte Calvario. Después el monte San Julián, algo más elevado que el primero y desde donde se bajaría hasta Cala Cortina para enlazar con el Castillo de la Concepción, la Batería de Fajardo y el posterior ascenso hasta el monte Galeras, toda una delicia para la vista.

A partir de estos momentos, con más de treinta kilómetros en las piernas al paso por el estadio Cartagonova -kilómetro 37 rezaba la pancarta de la concejalía de Deportes-, la prueba se complicaba con subida al castillo de La Atalaya, Coto Dorda y vía libre hasta el monte Roldán que, al surimirse una parte de su recorrido, se hizo más ‘sencillo’ a esas alturas de la jornada. Desde ahí hasta la meta todo fue bajada, más llevadero y esperando los aplausos de los cientos de familiares y amigos que se agolpaban en la línea de meta

Una ruta para supermanes
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