Los aficionados más veteranos recordarán con creces aquella promoción Badajoz-Cartagena de junio de 1992, El 5-1 encajado en el viejo Vivero por aquel equipo blanquinegro que dirigía Voltaire García y presidía José Luis Belda forma parte desde entonces de la historia negra del cartagenerismo.
A aquel Cartagena que había sido intratable en la Liga y que venía de ser campeón sobrado le bastaba con un empate en El Vivero para ascender, pero nada más lejos de la realidad, Los cartagenerista apenas pudieron aguantar el empate ni siquiera los primeros veinte minutos. Pedro Cordero fue quien neutralizaría le ventaja inicial pacense que, poco antes del descanso, haría un 2-1 que acabaría siendo decisivo.
En la segunda mitad llegaría la hecatombe con algunos jugadores albinegros que acabarían ‘borrándose’ de un partido que acabaría con una triste goleada y un Cartagena ridiculizado en el más amplio sentido de la palabra. Ni siquiera el millar de seguidores que viajaron hasta tierras extremeñas tuvieron una sola oportunidad para divertirse.
Lo peor estaría por llegar. Al regreso dos seguidores cartageneristas, Julio Allezpuz, propietario de la Joyería Hemarall, y Juan Francisco Sánchez Balaguer que era hermano de uno de los propietarios de la antigua Cafetería Montreal, por aquel entonces la más futbolística de la ciudad, perdían la vida en un accidente de tráfico a la altura de Cieza. Fue la ‘guinda’ a una jornada trágica del cartagenerismo que entró en la historia negra por méritos propios. Y desde entonces siempre que se habla del Badajoz, aunque ahora sea otro club distinto que fue refundado en 2012, es inevitable que se hable de este triste episodio, de los más negros en la historia del cartagenerismo.
En la imagen el desaparecido campo de El Vivero, el recinto del que hablamos y donde aquel Efesé caería goleado de forma estrepitosa y dejando escapar el ascenso a Segunda A.
