El Cartagena ya está ahí, a las primeras de cambio. La Liga no ha hecho sino empezar y todo es anecdótico pero no deja de ser un buen síntoma que el equipo jugó bien, especialmente durante el primer tiempo en el que debió de haber dejado resuelto el choque. Otros equipos que también aspiran a todos, sin embargo, no sólo fracasaron sino que además, ofrecieron una pésima imagen. Esa es la diferencia.
Los blanquinegros también arrancaron con buen pie en la pasada edición, con hasta tres victorias consecutivas en las tres primeras jornadas que, a la postre, serían las que acabarían por encarrilarle en el buen camino. Fue un 2-0 al Linares, dejando un buen sabor que se acabaría confirmando en Córdoba (2-1) y el posterior 3-1 casero ante el Mancha Real.
Sin embargo, en la anterior campaña (15/16) y también ante un Linares recién ascendido se perdería 0-1 y aquella derrota lastraría mucho una competición en la que acabaría siendo despedido Víctor Fernández para ser sustituido por Monteagudo. Tampoco fue bueno el arranque en la 14/15, el año del ‘casi descenso’ a Tercera con aquel entrenador cómico, el uruguayo Julio Ribas que tuvo que acabar poniendo los pies en polvorosa para que Manolo Palomeque pudiera salvar al equipo del descenso.
Aquel año nefasto hubo que esperar nada menos que hasta la jornada 7 para ver ganar al equipo con aquel 1-3 en Cáceres ante un Cacereño que tampoco era ninguna joya. Todo aquello es historia pero no conviene olvidar que, con un buen arranque, siempre hay camino adelantado. El Ejido, precisamente, fue el primer sitio en el que perderían los blanquinegros en la pasada campaña. Fue en la jornada cuarta pero ni así el equipo albinegro salió aquel domingo de los lugares de privilegio.
