Esos 7 puntos del Cartagena (victorias ante El Ejido 2-0, San Fernando 2-1 y empate con Melilla 1-1) dejan a las claras las vergüenzas de un equipo que se está desplomando por mor de sus pésimos encuentros en el Cartagonova. Los rivales lo saben y se aprovechan de ello.
El Cartagena ha pasado de ser un equipo fiable a un conjunto nervioso, al que le marcan con facilidad en la primera ocasión que tiene el equipo rival y que se deja contagiar de los nervios y de la intranquilidad que generan esos goles. Sus resultados ahí están con tres derrotas en ese corto intervalo de tiempo ante el Córdoba y Mérida por 1-2 y esta, la más dolorosa de todas, ante el eterno rival por un 1-3 que nadie, o casi nadie, podía esperar.
A los de Monteagudo, muy criticado también desde las gradas, especialmente por los cambios, le restan ahora cuatro partidos en el Cartagonova, ante el Jaén, Extremadura, Jumilla y Recreativo. Tres de ellos se están jugando el descenso mientras el Jumilla vendrá a Cartagena en busca de un hueco en el playoff.
Lo peor de todo esto es la intranquilidad que se genera y las dudas que inundan a este equipo, obligado a despejarlas por la via rápida con un triunfo que sea contundente en Marbella. En caso contrario sería tanto como entrar en una espiral más que peligrosa.