Después la puerta de la zona de tribuna baja fue abierta y los aficionados, no muy numerosos, siguieron el resto del entrenamiento como pachangas y golpeo de balón, tiros a portería, etc.
El secreto, lógico, se ha mantenido aunque curiosamente la mayoría de medios informativos han hecho que Aira y Monteagudo se reunieran en las clásicas tertulias y actos similares durante la semana, en Murcia y en Cartagena, y departieran amistosamente pero sin contarse sus temas reservados. "Al enemigo, ni agua", que dicen.