El derbi, como no podía ser de otro modo, careció de incidentes salvo el derribo de una valla en el sector del fondo norte bajo que ocupaban los 300 seguidores murcianistas que se ubicaron en esa parte destinada a la afición visitante.
Muchos de estos seguidores, en su inmensa mayoría gente joven, insultaron a la afición cartagenera con cánticos y canciones ofensivas hacia el equipo y hacia la ciudad, que no fueron correspondidas por el resto del campo.
Al celebrar el gol de Guardiola que adelantaba a los granas en el minuto 8 y dirigirse este futbolista a dónde se encontraban ese grupo de seguidores granadas, una valla protectora del foso cedió son que hubiera que lamentar mayores problemas.
Rápidamente acudieron las fuerzas de seguridad, que acotaron esa zona y ya no hubo más incidentes que lamentar salvo los insultos que se dejaban escuchar desde este sector, especialmente tras la consecución de cada uno de los goles visitantes.
