MARCOS: De nuevo se erigió en el mejor. Si ante El Ejido salvó tres goles, en Melilla, tras el 2-0, ya en la segunda parte, evitó la goleada especialmente en dos balones con veneno lanzados por Zelu. Buenos reflejos.
ÓSCAR RAMÍREZ: Esta vez ni fue el ‘puñal’ por banda derecha de otras jornadas. Lo taparon bien y no estuvo en su nivel.
AGUILAR: Defendiendo mejor en el segundo tiempo que en el primero, envuelto en indecisiones en bloque en los goles.
MOISÉS: Solo pudo jugar 56 minutos, por lesión que devolvió la titularidad a Zabaco. Excepto en los goles, especialmente el primero, se movió con contundencia y seguridad.
JESÚS ÁLVARO: Nunca estuvo cómodo en el campo. Mucho menos alegre que otros días.
DANI ABALO: Bajó su rendimiento con respecto a otras jornadas.
SERGIO JIMÉNEZ: Realizó tareas defensivas pero le faltó dinamismo y contundencia.
CHAVERO: Intentó realizar juego en medio campo donde casi siempre ganaba la partida el Melilla. En el plano técnico fue de los pocos que se salvó de baja nota.
CRISTO MARTÍN: Distó bastante de otras notables actuaciones. Apenas entró en juego en toda la mañana.
RUBÉN CRUZ: El debut del utrerano representó la promesa de lo que se espera de él. Se esforzó y trabajó, aunque sin pasillos para hacer daño en el área melillense como rematador. Aguantó los 90 minutos.
ZALAZAR: Tuvo más lagunas que otra cosa. Intermitente. Lo mejor, un centro raso, de gol, desde la izquierda, que se paseó por la línea de meta melillense y al que no llegó Ábalo.
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MICHEL ZABACO: Pudo sorprender su suplencia tras descansar por sanción la jornada anterior, por su regularidad en la campaña. Entró en el campo en el minuto 56 para relevar al lesionado Moisés y cubrió con normalidad y concentrado el expediente ante un adversario peligroso en las contras.
OWUSU: Al retirarse Kuki Zalazar entró en acción para dar más profundidad al ataque. Anduvo acelerado aunque aportó algo de vivacidad al equipo y forzó varios saques de esquina por su acometividad. No fue determinante cara a puerta.
MARIO SOLANO: El ‘9’ del filial recibió esta vez su oportunidad a falta de veintiún minutos, al relevar a Cristo. El cartagenero se mostró acometedor y poderoso en la disputa del balón por alto. No desentonó. Aceptable.