viernes. 19.04.2024

El crédito

Cualquiera que haya tenido cierta responsabilidad en una empresa sabe que, muchas veces, tras poner gran empeño en un proyecto, las cosas se pueden torcer. Si la situación negativa se prolonga, asoma por el horizonte la palabra crisis. En modo optimista, y no faltos de razón, muchos defienden que esos momentos son las mejores oportunidades para demostrar la auténtica valía que uno tiene y/o plantearse cambios sustanciales. Lo habitual es acudir a un recurso que necesariamente has tenido que ganar con anterioridad: el crédito, entendido como la confianza que tienen otros en que sabrás dar la vuelta a cualquier situación.

Gracias a ese crédito, muchas veces uno consigue la ayuda externa que le permite salir adelante. ¿Y cómo se gana ese crédito? Con buen hacer a lo largo del tiempo. Es importante poder contar años de experiencia, horas de vuelo, días sin accidentes. En el caso del deporte, éxitos. Vengo pensando en todo esto en las últimas semanas porque, para mí, el actual F.C. Cartagena ya cuenta con cierto crédito. Se evitó un descenso que habría conducido a la desaparición, al año siguiente se logró un puesto de copa del rey, y este año se está peleando por el liderato. Y en paralelo a esa progresión deportiva, se ha logrado sin aspavientos la estabilidad económica. “El crédito tiene la particularidad de que se tarda bastante en lograrlo, y muy poco en perderlo” Todos recordamos tiempos recientes en los que, unas veces con dinero en la caja y casi siempre sin él, o bien las intenciones del presidente eran desconocidas, o directamente se tenía la certeza de que estaban en las antípodas del interés de los aficionados, lo que antes o después se terminaba pagando.

“El crédito tiene la particularidad de que se tarda bastante en lograrlo, y muy poco en perderlo”

El crédito tiene la particularidad de que se tarda bastante en lograrlo, y muy poco en perderlo. La cifra récord de socios de este año, que se produjo antes de los primeros resultados, es fruto de un crédito que se comenzó a ganar en el verano de 2015 –y aquí tienen a uno que en aquél momento dudaba-. Luego, estar en los puestos de cabeza, hacer buenos partidos, ha ayudado a mantener la ilusión y a generar buenas entradas de público, pero la semilla ya estaba ahí. A veces uno quiere trasladar a sus hijos su afición, y quizá porque vive lejos, necesita alguna excusa racional que sumar a lo irracional del sentimiento. Pues bien, yo este año estoy encontrando en el F.C. Cartagena valores como el espíritu de equipo, la humildad, el trabajo, la prudencia… el cartagenerismo.

Todo eso me facilita mucho las cosas. No exijo un liderato ni un ascenso en 2017; los espero. Y mientras tanto, estoy disfrutando del momento. De ahí han surgido estas líneas de hoy, porque detrás de las siglas y el escudo del F.C. Cartagena veo gente capaz y con ganas, y me parecía de lo más justo y necesario escribirles mi agradecimiento. Creo que estamos en un momento ideal para aspirar a cambiar –menudo atrevimiento- el curso de la historia. Así que ánimo a todos los cartageneristas. Nos vemos en el Municipal.

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