El ejemplo más claro de cuanto digo lo escribió el Deportivo aquella temporada, en la 1999/2000 cuando logró su único titulo de Liga con ‘Jabo’ Irureta en el banquillo. Aquel ‘Depor’ que ya había digerido el penalti fallado por Djukic que le costó un título años antes, aprendió muy bien aquella lección. Primero ganar en casa y luego ya se verá. Y eso hicieron los Songo’o, Manuel Pablo, Donato, Djalminha, Mauro Silva, Pauleta, el Turu Flores y compañía.
Acabaron la Liga con 69 puntos, cinco más que un Barça y que un Real Madrid que acabaría quinto el año que descendieron el Betis y nada menos que el ¡Atlético de Madrid y el Sevilla¡ Quién lo diría hoy verdad? El Depor ganó aquella Liga histórica porque, aunque llegó a tirarse varios meses sin ganar en casa pero llegaba a Riazor y lo ganaba todo –menos al Numancia que le ganó 0-2 al principio- con más o menos desreza, pero lo ganaba.
Eso es lo que le falta a este Cartagena que lleva visos de ser campeón pero debe de ser mucho más fuerte en casa. De sus 44 puntos 24 los ha ganado a domicilio y sólo 20 en el Cartagonova. Esa es su debilidad, su talón de Aquiles por dónde se le escapa la fuerza porque lo normal para cualquier equipo que se encuentra arriba, da igual la categoría en la que juegue, es ganar en casa y, de vez en cuando, hacerlo fuera. Pero ganar en casa sí o sí.
Este remodelado y renovado Cartagena tiene que superar ese problema a base de casta, de no ir andando sobre el campo como vimos en el último encuentro ante el Córdoba B. Demostrar que es el líder, que jugar en el Cartagonova tiene que asustar a sus rivales y que no tiene que dejar que se escapen más puntos porque por ahí se desangra cualquiera.
Las ligas siempre, siempre, se ganan si eres capaz de ganar ante tu afición. El Depor lo hizo aquel año y el Cartagena lo ha hecho otras veces del mismo modo que siempre se asciende a domicilio y que, si llegan a la eliminatoria final, yo voy a pedir que el partido decisivo se juegue lejos del Cartagonova. Sus tres últimos ascensos a Segunda han sido siempre a domicilio y esta vez no tiene porque ser menos. Pero, primero, a ganar en casa.