Al final, antes de emigrar a Zurich para ejercer como presidente de la UEFA, Ángel María Villar se ha lucido permitiendo que su Federación se haya convertido en la Real Madridista Federación Española de Fútbol para cometer una alcaldada contra los intereses deportivos del campeón UCAM Murcia CF, club benefactor y caritativo, dadivoso como el que más, que destina muchas de sus taquillas condomineras a las huchas de los indigentes y menesterosos.
El equipo del poderoso José Luis Mendoza se está ganando el cielo en la tierra pero aún no ha conseguido tener suficiente influencia en las altas instancias de la RFEF para recibir un trato justo. ¡Qué menos! El problema es de peso, pero del peso especifico que debe de tener el Real Madrid para decretar que un encuentro de la fase de ascenso a Segunda lo cambien ellos caprichosamente de fecha, sin contar con el otro 50% de los protagonistas del partido.
Es la táctica de Juan Palomo la que puesto en circulación este viernes, a toda prisa y con mucho morro el señorial Real Madrid para su hijo el Castilla. En la Federación le han dicho "sí, bwana".
En tiempos de Don Santiago Bernabeu no pasaban estas cosas. Del Real Madrid de los Paco Gento, Di Stéfano, Rial, Santamaría, Velázquez y demás decían era el equipo del Régimen, pero al menos había señorío y se respetaba fuera del terreno de juego a los equipos rivales. En el campo no había respeto a nadie: el Madrid era una apisonadora, mucho menos mediático -eran otros tiempos, claro- pero sus gestos eran de club ejemplar. Hoy ha descendido a la vileza deportiva de ignorar al adversario en el trato burocrático.
Al UCAM Murcia nadie le ha pedido que acceda a jugar el lunes día 30 de mayo a las 20.00 horas con el Madrid Castilla y no el domingo 22 por la tarde como estaba señalado. Al Madrid y a la Federación Española, cogidos de la mano, les importa un bledo que cincuenta o doscientos cincuenta seguidores del UCAM Murcia no puedan estar el lunes animando a su equipo en Valdebebas. Rara e injusta situación que ha puesto a Mendoza iracundo y para que se lo lleven los demonios, y su gente a plantear con urgencia un recurso para anular la alcaldada. Lo veo complicado.
De todos modos esto lo arregla sobre el terreno de juego el dorsal 3, goleador del equipo católico, metiendo un par de goles olímpicos en la puerta blanca, el lunes en Valdebebas, para que se fastiden. Un tal Góngora se llama el muchacho.