Es verdad que relajación es sinónimo de aflojar, ablandar, distraer el ánimo con algún descanso. La relajación, por lo tanto, está asociada a reducir la tensión física o mental. No entra en las exigencias y Monteagudo advierte que quedan dos partidos y que ante la planificación de la campaña 2016-2017 hay futbolistas que deben mantener una línea de superación. Todavía hay que acumular méritos o renovar los buenos conceptos acumulados con esfuerzo tantas semanas. Habrán tenido que ingerir caldo de tigre estos muchachos, que es lo que seguramente no probó el Cartagena de Víctor Fernández, un equipo que movía bien la pelota desde atrás pero que era más blando que el yogour y se perdía en las nebulosas, justo es decir también con menos suerte que el actual equipo y además sin el refuerzo de Chus Hevia, que aunque llegó de Santander con media pájara en su equipaje, ya es el Chus que todos quieren ver en el Cartagonova. Tampoco con Víctor Fernández había llegado el destape goleador de Sergio García, ahora motivado.
El Cartagena ahora sabe lo que quiere y a lo que juega. Si pudiese alcanzar la quinta plaza, mejor que la sexta, lucharía hasta el final por ella, lo que es factible venciendo en Melilla, donde jamás lo ha hecho, y finalmente al San Roque. Mas para empezar habrá que superar a los melillenses que sueñan -es gratis- en una monumental carambola: alcanzar plaza para la Copa del Rey. ¿Cómo? Añadiendo 6 puntos a su cuenta y que los de Monteagudo no sumen. Por si acaso, Alberto Monteagudo aprieta a su gente. Podría ser también un buen capataz en una obra a destajo.