miércoles. 24.04.2024

Seis próximos puntos en el filo de la navaja

Obsesiona un tanto en el entorno del FC Cartagena, comenzando por la afición, la idea de que el equipo sume los 6 próximos puntos ante el Jumilla y el Extremadura de una tacada. Son dos partidos seguidos pero es obvio que no se disputan el mismo día. Sería una entelequia, se habría vuelto loca la RFEF de consentirlo.  Sí se juegan en la llamada semana de Pasión, pero esta pasión a la que aludo nada tiene que ver  con el ambiente procesionista de las fechas sino con la inquietud de los seguidores blanquinegros que ha subido varios enteros las últimas semanas y por culpa de dos empates ante rivales inferiores.a los que se le dio cuerda para que no fuesen tan  inferiores en la realidad.  Dos igualadas consecutivas que le han quitado el liderato para que el primero en la tabla sea el Marbella.

Parece como si se hubiese tocado a arrebato, escuchando el sonido ancestral de la alarma, señal de la existencia de un peligro inminente con efecto demoledores. Un terremoto del 8 en la escala que los mide.  Parece que si no se ganan los dichosos 6 puntos a dilucidar en la preciosa alfombra del Cartagonova, este sábado ante el Jumilla y ocho días después trente al Extremadura, el mundo y la Liga se acaban. Las profecías  de San Malaquías y de Nostradamus se habrían cumplido juntas.  Afortunadamente, no hay motivo para que las campanas toquen anunciando el desastre irreparable.

El problema del FC Cartagena es de la psicosis generada por la desilusión que puede representar la reiteración de errores que no tienen por qué durar de aquí a que acabe la liga. No se va a ganar todo, ni se va a perder todo. A sus competidores les va a suceder algo parecido. El equipo de la empresa que rige el club tendrá que estar anímicamente preparado y armarse de serenidad y transmitirla a su entorno  para recibir al Jumilla, que llega con muchas urgencias, y seguidamente al Extremadura, que tampoco acudirá al Cartagonova de paseo el Domingo de Resurrección.

El nerviosismo es contagioso y los más nerviosos en la grada ya piden desahogarse el sábado con una ‘pañolada’ 

Un poco de responsabilidad por todas las partes es lo que es preciso en este escenario. Menos críticas al aficionado que está hasta el mismísimo gorro. Y el acosado entrenador, con errores detectados en medio de aciertos que también los ha tenido, tendrá que espabilar  para extraer el jugo de su plantilla y de paso salvar la cara de sus jefes y  dejar así justificadas las razones de su blindaje ante situaciones como ésta, nada gratas. Porque el nerviosismo es contagioso y los más nerviosos en la grada ya piden desahogarse el sábado con una ‘pañolada’. Puede ser tan estéril como improcedente esa manifestación, y hasta perjudicial, si ese extremo movimiento crítico se realiza a las primeras de cambio.

No hay más remedio que pedir unidad en la causa del ascenso, que ni muchísimo menos se ha perdido.

Seis próximos puntos en el filo de la navaja
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