Que nadie crea que el Hércules, con dos derrotas en la Liga, se aproxima al modoso At. Mancha Real al que vimos el sábado perder tiempo en Cartagena para sacudirse el agobio cuando perdía por 3-1. A su portero Emilio le costó una cartulina amarilla hacerse el remolón en los saques porque daban por buena la derrota por dos goles de diferencia, después del diluvio sin paraguas que lo aguantase. Los herculanos son otra cosa. Una entidad con urgencias y presionada por la necesidad de subir a Segunda. Saben mejor que nadie que donde están es una ruina, el caos económico, y soportan la decepción de errar en la hora suprema del playoff fallido últimamente ante el Cádiz,que les arrebató este objetivo el curso pasado.
Después contrataron a un entrenador, Tevenet, que ya sabe lo que es ascender al hacerlo con el Huesca – que lo echaría meses después, sin valorar su trabajo- y es conocedor de la Segunda B, aunque ahora esté en otro grupo, seguramente el mejor a continuación del IV aun sin UCAM Murcia, Cádiz y Sevilla Atlético. El reto de la Copa tiene para los alicantinos una doble motivación. La de pasar a una tercera eliminatoria que ya son palabras mayores y es para relamerse de gusto; y luego la circunstancia de que un triunfo albiazul el miércoles en el Cartagonova sería balsámico y daría aliento y crédito para olvidar los tropiezos en Liga, a expensas de un calendario con muchas incógnitas a corto plazo, pues el Hércules va a recibir a la Llagostera, ex Segunda, viajará al campo de uno de los equipos más en forma, el Valencia Mestalla (0-4 al Cartagena en el amistoso de Pinatar Arena), y se enfrentará al vecino Eldense en el ‘Rico Pérez’.
Pero las motivaciones del FC Cartagena no son inferiores en una salida de campeonato con tres victorias, con el añadido de un ambiente de fútbol en alza en la ciudad trimilenaria, acorde con todos los presupuestos. El Hércules - que es un viejo colega en la historia, desde el campo de La Viña al del Almarjal y desde el Rico Pérez al Cartagonova,con pasajes de todos los colores - debe de saber y se tomará el partido del miércoles muy en serio. Con la seriedad con la que este verano ha conformado una plantilla con gente experimentada y oficio suficiente para vencer en cualquier campo, aunque hasta la fecha solo lo haya hecho en el terreno del tercera Andorra de Teruel, plantilla amateur de la que abusó con un 0-5 en la Copa.
Futbolistas como Román, central del Alcorcón; Checa, 35 partidos en el UCAM Murcia; Berrocal, ariete de la Ponferradina (32 encuentros), David Marín, 12 partidos en el Huesca, al que conocía Tevenet y el camerunés Omgba, que ha jugado en Segunda con el Oviedo, no caen por la chimenea, tienen su caché y acceden a estar en el pozo con los herculanos porque saben que tarde o temprano saldrán adelante donde hay prestigio, ciudad y masa social, Fue el primer club español que alcanzó la gesta de ascender de Tercera División a Primera División en dos años. Ocurrió antes de la Guerra Civil, cuando se jugaba con balones de cordoneras y los futbolistas que más habían despejado con la cabeza tenían que ingerir dos optalidones.