Líderes. Esa palabra que tanto nos gusta en el mundo del fútbol. Es lo máximo, es el clímax, es orgásmica. Pero, no lo olvidemos, si se rompe el condón antes del final tendremos un gran problema.
Líderes. En Cartagena nos hemos acostumbrado a serlo muchas temporadas. Lo fuimos en Segunda y lo hemos sido en muchas de Segunda B. Quizás el problema esté en que la temporada de Sporto y Manzano nos dejó tan tocados que se nos ha olvidado ya. La anterior se anunció que era de transición y se está demostrando que era cierto. Se confeccionó el grueso de la plantilla y se planificó la gestión. Ahora se empiezan a recoger los frutos. En el mundo del fútbol hay mucha prisa, todo tiene que ser inmediato. Más o menos como un polvo en los aseos de un bar.
Líderes. Aunque lo seamos tampoco nos vale. Aquí somos capaces de ponernos a 200 puntos del segundo y ponerle pegas. Es que el segundo es muy malo, es que somos mejores de calle, es que los rivales son muy flojos y un largo etcétera. Y así será toda la vida. Demasiadas pajas mentales. Lo que hay que tener claro es que el equipo tiene que estar ahí, que es lo mínimo que le podemos exigir y que es el objetivo real de la temporada. Una vez que termine, empecemos a hablar de ascensos, no ahora. Aprendamos a entender el momento para cada necesidad.
Líderes. Con mejores o peores partidos, con unos jugadores u otros. Así será toda la temporada. No hay rival pequeño, todos son incómodos. Y más aún si llegas líder, ya que todos te querrán ganar. El nivel de competición será el máximo y tenemos que estar preparados para afrontarlo. Es lo mismo que intentar ligar con la más guapa del bar: hay que regatear a duros rivales y cada uno utilizará su táctica, ya sea peor o mejor que la nuestra: lo importante es el resultado final.
Líderes. En Cartagena estamos muy fuertes y con excelentes números. Hay que aprovecharlo. Los rivales vendrán a no perder y con cierto respeto. Hay que corroborarlo fuera también. Ambos aspectos son complicados, es cierto, y cada semana será diferente. Así que disfrutemos del momento y seamos conscientes de que queda un mundo. Un mundo complicado y tenebroso.
Líderes. Líder fue Leonard Cohen, que nos dejó una excelente canción, “Chelsea Hotel n.2” que me viene a la mente para terminar la columna:
"Te recuerdo bien en el Chelsea Hotel, que estabas hablando tan valiente y tan dulce,
me hacías una mamada sobre la cama deshecha,
mientras que las limusinas esperan en la calle. Esas fueron las razones y que era Nueva York…"