viernes. 19.04.2024

Bendita suerte, maldita suerte

No me cabe la menor duda que la suerte ha tenido muchísimo que ver en lo que el cartagenerismo tuvo que sufrir en Majadahonda. Un durísimo tropiezo, cruel como ningún otro vivido. Pero esa es la suerte, unas veces ganas y otras pierdes

A cada persona que se me acercaba en los días previos a jugar en Majadahonda y me preguntaba sí íbamos a ascender en el Cerro del Espino acababa diciendo siempre lo mismo. “…y que tengamos un poco de suerte, porque es fundamental”.

Sí, suerte. La que tuvimos en Alcoy hace nueve años gracias a aquel resbalón tremendo de Fernando Martín que nos regaló un ascenso que nadie esperaba. Entonces las lágrimas fueron alcoyanistas porque no creían que el ascenso que tan cerca tenían se les hubiese escapado en el minuto 92. Ahora si cabe ha sido peor. Porque el Cartagena ya estaba prácticamente en la Liga 1,2,3, solo faltaba el ‘casi’, esos segundos para que el árbitro hubiese señalado el final. Pero esta vez la mala suerte se cebó a base de bien y ¡oh¡ nadie podía creerlo. Ni allí ni aquí. Ni ellos ni nosotros. Mala suerte, maldita suerte esta vez.

Para ascender, voy a insistir en ello, hacen falta muchas cosas, y hacerlas todas bien. Y además, suerte. Me vais a perdonar que insista tanto en este factor pero es que resulta determinante. Y ahí sí que nadie puede hacer nada. Hay mil detalles que pueden fallar o no, pero si la suerte te juega una mala pasada olvídate de todo lo demás, como pasó en Alcoy y como ahora nos ha pasado a nosotros.

Yo también pienso que Monteagudo lo hizo todo bien, que hizo un buen planteamiento y que si hay algo que no pudo controlar es la suerte. Por ejemplo, que Óscar Ramírez se lesionara antes del comienzo del partido, que Rubén Cruz hubiese acertado con el gol en el minuto 7 de partido en una jugada que otras veces ha acabado con el balón dentro de la red, o aquel disparo a la madera de Aketxe que salió fuera mientras la que se ‘comió’ Pau Torres en Cartagena se metió (la pelota) dentro. O aquellas dos jugadas de los morenitos, cualquiera de ellas tuvieron que haber sido gol y no digamos ya la de Chavero que todavía me pregunto lo que tuvo que pasarle por la cabeza para que no disparase a puerta con todo a su favor. Y para colmo de todos los colmos el balón que Michel Zabaco, un profesional de los pies a la cabeza, acaba enviando al fondo de su portería. Mala suerte no, malísima suerte. Tremendo y cruel.

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Al Cartagena se le escapó el sueño del ascenso en el último suspiro/RAÚL VELASCO-SCT

No le deis más vueltas. Este equipo puede ascender y yo creo que va a ascender porque el colmo de la mala suerte ya lo sufrimos en Madrid. Tener más mala suerte es imposible, creo yo. Si es verdad lo del karma, lo del Collao ya lo hemos pagado con creces así que hay que ser positivos y confiar, si la suerte lo permite, en ese ascenso que llevamos persiguiendo durante tanto tiempo. Todo es cuestión de hacer bien las cosas, que el Cartagena las hace, y que la suerte nos dé a todos los cartageneristas ese empujón tan necesario en el mundo del fútbol.

Al final todo se reduce a la buena y a la mala suerte así que, como el fútbol nos debe ahora una muy gorda yo quiero creer que la suerte, la bendita/maldita suerte, tiene que ayudar ahora al Cartagena a dar ese salto que le robó los otros días.

Bendita suerte, maldita suerte
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