viernes. 29.03.2024
Está arrodillada sobre el parqué y frota sus manos sobre él para conseguir el agarre que necesita ante un lanzamiento de penalti, un disparo desde los siete metros. Es un gesto muy común en las categorías base de cualquier equipo de balonmano porque no se les está permitido usar la pega, la resina que se unta en las manos para que no se escape la pelota, sobre todo cuando el sudor interfiere en ambas partes.
 
La chica de la que hablo es la número 10 del conjunto femenino de Abarán y está postrada ante un partido que a falta de escasos minutos del final ya tiene dueño, o mejor dicho, dueñas. Las jugadoras del CAB Cartagena se aventajan en tres tantos y ya casi huelen la victoria. Lo han hecho durante todo el partido: imponer su propio ritmo; intentar jugar con la pivote en ataque; entrar en penetración por los laterales, y también, desde la esquina, ya saben, lanzamientos desde el extremo.
 
La chica que se dispone a lanzar el penalti tiene el pelo recogido y cuando va a armar el brazo su coleta morena se zarandea. Ha realizado el gesto mal y ha inclinado la espalda hacia atrás, pero su muñeca ha dirigido el balón con precisión milimétrica y antes de introducirse dentro de la portería cartagenera ha rozado el borde superior izquierdo del poste rojiblanco que se atisba al fondo de la pista del pabellón Urban, en Cartagena, donde se celebra la fase final del campeonato cadete femenino.
La grada es predominantemente femenina, muchas madres, muchas amigas, y además, un equipo entero en la grada, el de Torres de Cotillas, que tres días antes de los play off  no sabían que estaban entre los cuatro mejores equipos . Novatas, sí, pero que han llegado hasta aquí a base de esfuerzo y siendo este su primer año. Mucho mérito. Se percibe en sus muecas sonrientes que están disfrutando de un partido emocionante, un partido épico  entre las cartageneras y las abaraneras. 
Es el último minuto del encuentro, y las chicas del CAB Quesos Pedro Díaz tienen la bola. La jugada que han iniciado es un contragolpe y conforme se acercan a la portería rival van trasladando la pelota entre la primera línea: las dos laterales y la central, hasta llegar a la franja discontinua, la de tiro franco, la que está a nueve metros de la portería.
 La central intenta penetrar en la defensa rival, y al no encontrar pase con la pivote, se permuta de manera natural con la lateral izquierdo, que no se lo piensa y conforme va corriendo salta y lanza un trallazo en carrera hasta la escuadra que se introduce en la portería y hace estallar de alegría a la grada.
“Esa chica podría jugar con nosotros”, le comenta Pedro Herrera , el entrenador Senior del CAB,  a uno de sus jugadores que está sentado junto a él en la grada. La chica que ha lanzando es alta y corpulenta, tiene el pelo castaño claro y celebra el tanto levantando el brazo, dedicándoselo a la grada, con fuerza, con mucho brío, como quien saborea la victoria.
El tiempo pasa, y varias jugadas intrascendentes se difuminan ante los cánticos de la grada. Se escuchan “Campeonas, Campeonas”, y se mezclan con otras que gritan la cuenta atrás: “Cuatro, tres, dos, uno”, y suena la bocina. El electrónico refleja un 20 —16 y el CAB es campeón regional  de cadetes femenino.
Las chicas del CAB levantan las manos y corretean para formar una piña. Todo discurre a cámara lenta mientras un fotógrafo de un periódico local, muy atento, se aventura y busca captar un momento, una sonrisa, un abrazo entre todas ellas.
Las chicas de las Torres de Cotillas saltan a la pista y se abrazan. Su victoria es estar entre las mejores de la categoría. Al otro lado, una de las chicas de Abarán llora a moco tendido. Es la chica número 10, la delgadita que había lanzado el penalti minutos antes. David Fondevila, el entrenador del CAB, se dirige a todas y las anima una a una.
Después llega la entrega de trofeos, las fotos de grupo y las chicas del CAB, que hoy estrenaban nueva equipación, mantean a su pivote. Y otra vez aparece el fotógrafo buscando un encuadre perfecto, mientras el que escribe esta crónica, quizás la última de la temporada, se entera de que los cadetes masculinos del CAB también han ganado su fase final en Murcia. Doblete. Hoy es el triunfo de años de trabajo.  Hoy es un día histórico para el Club Amigos Balonmano Cartagena.
Y mientras voy caminando hacia la salida del pabellón vuelvo a mirar atrás, pero lo que veo no son a las jugadoras cadetes, sino al futuro equipo Senior femenino de balonmano en Cartagena.

El balonmano femenino murciano será de ellas
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