30 de noviembre de 2009, 1:00
Se ha entrado en la comparación –inevitable- de las diametralmente opuestas posiciones del Cartagena y del Real Murcia en la tabla clasificatoria. “Esto es algo que jamás se ha dado en la historia”. De ahí que la afición albinegra lo celebre con plena satisfacción. Son momentos a disfrutar.
Isidoro García afirma que “el hecho de estar después de 14 jornadas en los puestos de arriba no es fruto de la casualidad sino de un trabajo bien hecho”.
Comenta Manuel Ángel que, por lo que respecta al 1-0 del pasado sábado ante el Huesca, el Cartagena tuvo la suerte de los campeones, a lo que López Villaescusa remacha diciendo que estos 26 puntos en la cuenta de los cartageneristas ya no se los quita nadie.
Ya se habla sin tapujos acerca de posibilidades de ascenso, de ese sueño que se va cimentando con el colchón de 4 puntos sobre el cuarto clasificado. Isidoro explica que las aspiraciones están ahí, según lo hecho ya en un tercio de la Liga y que es un dato signiticativo, y Guillermo recuerda que aún quedan muchos partidos por dilucidar y que si fuese una competición de 30 o 32 jornadas habría más posibilidades, matemáticamente claro.
ESOS REFUERZOS
El tema de los refuerzos ha salido a colación. Todos coinciden en que son necesarios, sobre todo si las aspiraciones son las de subir a Primera. ¿Es mucho dinero 240.000 euros para ese cometido? López Villaescusa dice que puede ser suficiente esos 40 millones de las antiguas pesetas. Isidoro razona que se trata de fichar para media temporada y que normalmente los contratos no deben ser tan altos. Todo apunta a localizar hombres para la delantera. No se han dado nombres y Guillermo apunta las buenas maneras de un chico del Barça B al que ha visto jugar un par de veces. Paco López Villaescusa no descarta la tesis de que en Segunda B hay futbolistas muy potables y cita el ejemplo de un jugador del Alcorcón al que vio jugar ante el Madrid.
Todos quieren en la Tertulia lo mejor para el Cartagena, el equipo de moda en Segunda y además uno de los más deportivos, pues casi todas sus tarjetas son por acciones ajenas a la violencia. Al contrario: la mayoría de rivales se ensañan con ellos y emplean juego a veces sucio. “Los árbitros tendrían que darse cuenta de que el Cartagena sale a hacer fútbol y podrían tratarlo mejor desde esa premisa de preocuparse más de jugar que de dar leña”.
Isidoro García afirma que “el hecho de estar después de 14 jornadas en los puestos de arriba no es fruto de la casualidad sino de un trabajo bien hecho”.
Comenta Manuel Ángel que, por lo que respecta al 1-0 del pasado sábado ante el Huesca, el Cartagena tuvo la suerte de los campeones, a lo que López Villaescusa remacha diciendo que estos 26 puntos en la cuenta de los cartageneristas ya no se los quita nadie.
Ya se habla sin tapujos acerca de posibilidades de ascenso, de ese sueño que se va cimentando con el colchón de 4 puntos sobre el cuarto clasificado. Isidoro explica que las aspiraciones están ahí, según lo hecho ya en un tercio de la Liga y que es un dato signiticativo, y Guillermo recuerda que aún quedan muchos partidos por dilucidar y que si fuese una competición de 30 o 32 jornadas habría más posibilidades, matemáticamente claro.
ESOS REFUERZOS
El tema de los refuerzos ha salido a colación. Todos coinciden en que son necesarios, sobre todo si las aspiraciones son las de subir a Primera. ¿Es mucho dinero 240.000 euros para ese cometido? López Villaescusa dice que puede ser suficiente esos 40 millones de las antiguas pesetas. Isidoro razona que se trata de fichar para media temporada y que normalmente los contratos no deben ser tan altos. Todo apunta a localizar hombres para la delantera. No se han dado nombres y Guillermo apunta las buenas maneras de un chico del Barça B al que ha visto jugar un par de veces. Paco López Villaescusa no descarta la tesis de que en Segunda B hay futbolistas muy potables y cita el ejemplo de un jugador del Alcorcón al que vio jugar ante el Madrid.
Todos quieren en la Tertulia lo mejor para el Cartagena, el equipo de moda en Segunda y además uno de los más deportivos, pues casi todas sus tarjetas son por acciones ajenas a la violencia. Al contrario: la mayoría de rivales se ensañan con ellos y emplean juego a veces sucio. “Los árbitros tendrían que darse cuenta de que el Cartagena sale a hacer fútbol y podrían tratarlo mejor desde esa premisa de preocuparse más de jugar que de dar leña”.
