jueves. 28.03.2024
Los protagonistas son, como casi siempre, dos ejemplos de cartagenerismo. El abrazo de Fran de Paula a Mariano Sánchez tras el milagro del 93, tiempo extra, en Algeciras. No pudieron o no supieron ganar a La Roda y al San Fernando, que pueden descender los dos, y sí al Algeciras. El abrazo del presidente que se fue y el del beso al escudo tras el gol al Cádiz.
Previo al abrazo de Fran y Mariano apareció el espíritu de Tudela, que tan hondamente llevó nuestro gran expresidente De Paula y que le había dado tantos frutos hasta que abandonó voluntariamente el poder. No sé si había dejado de viajar con el equipo pero en Algeciras apareció y otra vez nos dio suerte porque llegaba con su entusiasmo acumulado.

Fran de Paula y Mariano Sánchez representan tanto para el cartagenerismo que les debemos estar muy agradecidos. Uno desde el terreno de juego dando todo lo que tiene (y lo que le queda todavía en el play off) y el otro convirtiendo en milagro algo que parecía ruina anunciada.
Y llega el abrazo. Este año la historia del FC está llena de abrazos. El verdadero, cálido y significativo de Fran con Tevenet en el adiós. Siempre Fran. Y sobre todo el de Fran y Mariano. No de sino con. Es Fran de Paula el que abraza y estrecha a nuestro Mariano, con tal entusiasmo, alegría, satisfacción, fuerza, ilusión y emoción que entre los dos no cabe ni el aire.
¿Ni el aire? Entre los dos estábamos abrazándonos todos los que queremos al FC, los que hemos sufrido tanto durante muchísimos años, los que necesitamos alguna alegría como el polluelo que espera con el pico casi desgarrado de tanto abrirlo la comida de sus padres, los que ansían un vaso de agua fresca como si cruzaran el desierto, los que queremos estar en 2ª A porque es nuestro sitio y porque a Cartagena no les gusta la 2ªB.

El abrazo de Algeciras es el ejemplo y cúmulo de todas nuestras aspiraciones. Por eso veo a tanta gente entre Fran y Mariano. Sobre todo a nuestros 3.000 del alma que siempre están ahí, en el dolor, el amargor, la sonrisa y alguna vez la risa.

Estaba yo en Sevilla en el partido de ida de la Europa League entre el Sevilla y el Valencia, me dí una vuelta por los alrededores del Pizjuán y sentí envidia de ver tanta gente, tanta felicidad, tanto entusiasmo, tanta esperanza, tanto cariño a unos colores, tantas ganas de ser protagonistas de algo grande, tantos jóvenes deseándose un futuro espléndido, tantas camisetas, tantas bufandas, tantos gritos de aliento, tantas caras de felicidad,  tantos cantando el ejemplar himno de ese equipo tan querido. Y también : cuánto amor a la ciudad. Y, en medio de la algarabía sevillista, sentí envidia sana por mi Cartagena: cuándo tendremos algo así y cuándo seremos tantos,  que es decir cuándo seremos todos los que tenemos que ser.
Y como la vida da y quita, nos llega el gol de Menudo y el posterior abrazo de Algeciras. Está claro que Fran tiene magia o imán. Triunfo inolvidable. La varita mágica de Fran de Paula no se puede perder.

Gracias por abrazarnos a cada uno de los que sentimos esto, con esa fuerza, ese entusiasmo y esa pasión. Ahí queda el abrazo de Algeciras para los que quieran emocionarse con el FC por los siglos de los siglos.
 

El abrazo de Algeciras
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