30 de octubre de 2011, 16:49
No faltaron los típicos gritos de 'murciano el que no bote' por parte de la afición de Cartagena o 'a Segunda B a Segunda B' que se dejaban oir desde el fondo norte los seguidores granas ubicados en el lugar habitual de la afición visitante. Todo transcurrió según lo previsto, sin mayores problemas que lamentar antes y durante el derbi que transcurrió sin que se registrase ni un sólo incidente. La fiesta del fútbol se consiguió.
Pero había cierta preocupación con la llegada de los diez autobuses que transportaba a la afición murciana, que llegó a la explanada del Cartagonova sin problemas, aunque custodiadas por fuertes medidas de seguridad.
Esta vez, los autobuses fueron aparcados en un lugar seguro del parque 'Antonio Vallejo' -donde se celebran las fiestas de Carthagineses y Romanos' habilitándose un pasillo especial de seguridad con el que se aseguraban que en ningún momento se encontrarían cara a cara con varios cientos de aficionados cartageneristas, agolpados en la esquina de Tribuna y fondo Norte para abuchear a estos seguidores granas.
Aunque más de uno se quedaría con las ganas no hubo que lamentar incidentes alguno y los setecientos seguidores murcianistas entraron para ocupar sus localidades. Estuvieron prácticamente callados hasta el minuto 57 que, con el gol del empate, empezaron a hacerse de notar.
Pero había cierta preocupación con la llegada de los diez autobuses que transportaba a la afición murciana, que llegó a la explanada del Cartagonova sin problemas, aunque custodiadas por fuertes medidas de seguridad.
Esta vez, los autobuses fueron aparcados en un lugar seguro del parque 'Antonio Vallejo' -donde se celebran las fiestas de Carthagineses y Romanos' habilitándose un pasillo especial de seguridad con el que se aseguraban que en ningún momento se encontrarían cara a cara con varios cientos de aficionados cartageneristas, agolpados en la esquina de Tribuna y fondo Norte para abuchear a estos seguidores granas.
Aunque más de uno se quedaría con las ganas no hubo que lamentar incidentes alguno y los setecientos seguidores murcianistas entraron para ocupar sus localidades. Estuvieron prácticamente callados hasta el minuto 57 que, con el gol del empate, empezaron a hacerse de notar.
