13 de febrero de 2012, 12:41
La plantilla del Cartagena meditaba este lunes en el Gómez Meseguer. Cada jugador ya lo habrá hecho por su lado desde el pasado sábado mientras Carlos Ríos y Javi Manzano se afanan por buscar fórmulas nada mágicas que sirvan para restañar las heridas y mantener firme la esperanza de la permanencia. Para ello se necesita ganar, al menos, la mitad de los 54 puntos que hay en juego. Así de fácil y de difícil. Pero es lo que hay. Las posibilidades existen.
La permanencia no será fácil para el Cartagena. Es verdad si nos atenemos a los números. Pero Carlos Ríos no cede a la desesperanza porque todavía queda mucho por decir. Esta misma mañana del lunes se le ha podido ver con buen humor tratando de levantar el ánimo de un equipo que tiene ante sí el reto de 18 finales, 54 puntos en juego, de los que el equipo cartagenerista necesitaría al menos sumar la mitad.
De los 18 partidos que faltan hasta el final de la Liga la mitad e ellos se jugarán en casa y la otra mitad lejos del Cartagonova, en ese aspecto habrá paridad. Como las dificultades. Tan difícil será el calendario de casa como el de los desplazamientos aunque, curiosamente, hasta el mes de abril solamente habrá dos viajes, el de Alcorcón a finales de febrero y tan sólo unió en el mes de marzo, el que se jugará en el campo de El Collao ya que el otro previsto era el de Córdoba pero la Federación lo atrasó hasta el mes de mayo.
El Cartagena, además del próximo compromiso en casa (sábado 18 de febrero) ante el Sabadell, tendrá tres encuentros en casa durante el mes de marzo; Guadalajara, Nàstic y Girona, nueve puntos de los que no pueden escaparse ni uno. Los tres son rivales directos porque los alcarreños también pueden caer a esa zona de peligro sólo con perder en Cartagena. Para el Nàstic y para el Girona también serán encuentros decisivos.
Lo peor llegará en abril, el ‘mes del infierno’ podríamos llamarle. En casa dos visitantes de postín, el Celta y el Almería, cuál de ellos con más peligro. Y fuera de casa habrá que visitar Murcia, Elche y Valladolid, tres equipos que encierran muchas dificultades, el primero por la rivalidad, el segundo por la calidad de los ilicitanos que aspiran al ascenso, y el tercero porque en Zorrilla también luchan por ese ascenso directo que necesitan. Será un mes bastante complicado. Quince puntos que pueden dejar marcados a los blanquinegros en uno o en otro sentido.
Pero si abril será duro no menos ocurrirá en el mes de mayo, con nada menos que seis partidos –tres en casa y otros tres fuera-. Por el Cartagonova desfilarán Numancia y otros dos rivales que pueden estar jugándose a esas alturas la permanencia, el Xerez y el Villarreal, equipo éste que ahora mismo se ha convertido en el objetivo blanquinegro.
Lejos de Cartagena deberán viajar a Las Palmas, Córdoba –entre semana- y Huesca, otro de los equipos que, para entonces ya veremos cuál es su situación.
Y por último Huelva, última estación a la que los blanquinegros esperan llegar vivos y, a ser posibles, a salvo de riesgo aunque eso, tal y como se están produciendo los últimos marcadores, parezca difícil en estos momentos.
Todo dependerá de los puntos que los blanquinegros sean capaces de ir sumando en los próximos partidos, algo que puede ser complicado después de las tres últimas derrotas consecutivas. Pero no hay otra que la reacción. Hay que sumar la mitad de los puntos en juego.
La permanencia no será fácil para el Cartagena. Es verdad si nos atenemos a los números. Pero Carlos Ríos no cede a la desesperanza porque todavía queda mucho por decir. Esta misma mañana del lunes se le ha podido ver con buen humor tratando de levantar el ánimo de un equipo que tiene ante sí el reto de 18 finales, 54 puntos en juego, de los que el equipo cartagenerista necesitaría al menos sumar la mitad.
De los 18 partidos que faltan hasta el final de la Liga la mitad e ellos se jugarán en casa y la otra mitad lejos del Cartagonova, en ese aspecto habrá paridad. Como las dificultades. Tan difícil será el calendario de casa como el de los desplazamientos aunque, curiosamente, hasta el mes de abril solamente habrá dos viajes, el de Alcorcón a finales de febrero y tan sólo unió en el mes de marzo, el que se jugará en el campo de El Collao ya que el otro previsto era el de Córdoba pero la Federación lo atrasó hasta el mes de mayo.
El Cartagena, además del próximo compromiso en casa (sábado 18 de febrero) ante el Sabadell, tendrá tres encuentros en casa durante el mes de marzo; Guadalajara, Nàstic y Girona, nueve puntos de los que no pueden escaparse ni uno. Los tres son rivales directos porque los alcarreños también pueden caer a esa zona de peligro sólo con perder en Cartagena. Para el Nàstic y para el Girona también serán encuentros decisivos.
Lo peor llegará en abril, el ‘mes del infierno’ podríamos llamarle. En casa dos visitantes de postín, el Celta y el Almería, cuál de ellos con más peligro. Y fuera de casa habrá que visitar Murcia, Elche y Valladolid, tres equipos que encierran muchas dificultades, el primero por la rivalidad, el segundo por la calidad de los ilicitanos que aspiran al ascenso, y el tercero porque en Zorrilla también luchan por ese ascenso directo que necesitan. Será un mes bastante complicado. Quince puntos que pueden dejar marcados a los blanquinegros en uno o en otro sentido.
Pero si abril será duro no menos ocurrirá en el mes de mayo, con nada menos que seis partidos –tres en casa y otros tres fuera-. Por el Cartagonova desfilarán Numancia y otros dos rivales que pueden estar jugándose a esas alturas la permanencia, el Xerez y el Villarreal, equipo éste que ahora mismo se ha convertido en el objetivo blanquinegro.
Lejos de Cartagena deberán viajar a Las Palmas, Córdoba –entre semana- y Huesca, otro de los equipos que, para entonces ya veremos cuál es su situación.
Y por último Huelva, última estación a la que los blanquinegros esperan llegar vivos y, a ser posibles, a salvo de riesgo aunque eso, tal y como se están produciendo los últimos marcadores, parezca difícil en estos momentos.
Todo dependerá de los puntos que los blanquinegros sean capaces de ir sumando en los próximos partidos, algo que puede ser complicado después de las tres últimas derrotas consecutivas. Pero no hay otra que la reacción. Hay que sumar la mitad de los puntos en juego.
