Pedro Alcalá lo pasó mal en su último partido en Lugo. Primero sufrió un duro encontronazo tras el que acabaría con los huesos propios de la nariz fracturados.
Más tarde vería una cartulina roja que supuso su expulsión en los últimos momentos del encuentro, lo que le imposibilitará jugar en Anduva (Miranda del Ebro).
Lo peor es que el jugador cartagenerista sigue manteniendo las cuatro tarjetas y la consiguiente advertencia de sanción.
Pero mientras todo esto ocurre el bueno de Alcalá ya entrena con la máscara que le han habilitado para trabajar en los entrenamientos con la máxima seguridad y poder estar en condiciones de reaparecer lo antes posible, muy probablemente ante el Éibar en el próximo encuentro en casa.