A perro flaco todo pulgas, que dice el refrán. Eso fue lo que le ocurrió al Cartagena que, además de los cuatro goles encajados –que pudieron ser más- perdió a dos de sus futbolistas, Alex Gallar que vio la quinta tarjeta amarilla en los escasos ocho partidos disputados –la mayoría por protestar- y a Richard Boateng, que a pesar de haber visto la tarjeta amarilla en el primer tiempo después cometería una falta, posiblemente innecesaria, en el centro del campo, que le costaría la segunda tarjeta amarilla y por consiguiente la expulsión.
Gallar fue cambiado al descanso del partido, su actuación no estaba siendo la mejor y el futbolista catalán tuvo que dejar su puesto a Cayarga que, francamente, mejoró su actuación en el aspecto ofensivo.
El ghanés Boateng, sin embargo, aunque también estaba amonestado desde el primer tiempo, permaneció en el césped, pero apenas duró un cuarto de hora, hasta que cometió la falta que le obligará a ver el choque frente al Ibiza desde la grada.
