27 de abril de 2010, 2:00
En primer lugar, digo y mantengo que, para mí, Toché fue uno de los mejores albinegros ante la Real. Por su gran esfuerzo, sobre todo. Después de Signorino, que se salió este domingo.
Aviado iría el cronista si tuviese que dar explicaciones en un anexo a sus opiniones de cada día. Las doy ahora por varios motivos: porque se me ocurre y ya está, para empezar.. Y luego para hacer justicia al trabajo de un delantero que si es cierto que ha perdido cantidad de balones de gol en la Liga, ha llevado a la red tantos importantes hasta ser autor de 13 o de 14, según la contabilidad oficial y la no oficial.
Toché no es Samuel Eto’o. Tampoco es Leo Messi, obviamente. Pero tiene la virtud de pelear constantemente en el área del contrario. Es su obligación, de acuerdo, pero además de no escurrir jamás el bulto, trabaja para el conjunto. Quince saques de esquina que pueda botar el equipo contrario, quince veces que allá va Toché, con su estatura, para defender y controlar las torres al remate.
Si Toché hubiese marcado el pasado domingo, en el minuto 50, en aquel balón que sacó bajo palos el defensa donostiarra Martínez, a buen seguro que, al dar la victoria al Cartagena, casi habría salido en hombros del estadio.
No descubro nada si digo que los delanteros que más pifian en la boca de gol son, precisamente, los que más cerca están del área pequeña. Si Toché pifia, está en su derecho. ¿Quién mejora a Toché cara puerta en la actual plantilla? Nadie.
De ver en cuando Toché tapa la boca a sus detractores, que callan, claro, al conseguir un gol como el que hizo en Vallecas, de filigrana. ¿Tampoco recuerdan el que consiguió en el estadio ‘Ciutat de Valencia’, de lanzamiento (un obús) en una falta?
En los años 60, el Cartagena que jugaba en el Almarjal tenía un delantero paraguayo, llamado Bogado. Como Toché ahora, el tal Bogado se vaciaba todos los domingos, de una parte a otra del campo, y era aplaudido por su entrega. Bogado, buen rematador de cabeza aunque torpe como él solo, jamás hizo goles como hoy los hace Toché, que tiene sus rachas, malas y buenas, pero que no merece el trato que recibe por un sector de la afición que quiere acabe la campaña con 40 goles. Ojalá.Tienen derecho a expresarse y a discrepar, pero al menos cabe reconocer el carácter fajador del santomerano, al que al menos hay que respetar por el sudor con el que todos los partidos moja su camiseta. El domingo chocó con una de las mejores defensas de la Liga Adelante y no dejó de darles batalla.
Aviado iría el cronista si tuviese que dar explicaciones en un anexo a sus opiniones de cada día. Las doy ahora por varios motivos: porque se me ocurre y ya está, para empezar.. Y luego para hacer justicia al trabajo de un delantero que si es cierto que ha perdido cantidad de balones de gol en la Liga, ha llevado a la red tantos importantes hasta ser autor de 13 o de 14, según la contabilidad oficial y la no oficial.
Toché no es Samuel Eto’o. Tampoco es Leo Messi, obviamente. Pero tiene la virtud de pelear constantemente en el área del contrario. Es su obligación, de acuerdo, pero además de no escurrir jamás el bulto, trabaja para el conjunto. Quince saques de esquina que pueda botar el equipo contrario, quince veces que allá va Toché, con su estatura, para defender y controlar las torres al remate.
Si Toché hubiese marcado el pasado domingo, en el minuto 50, en aquel balón que sacó bajo palos el defensa donostiarra Martínez, a buen seguro que, al dar la victoria al Cartagena, casi habría salido en hombros del estadio.
No descubro nada si digo que los delanteros que más pifian en la boca de gol son, precisamente, los que más cerca están del área pequeña. Si Toché pifia, está en su derecho. ¿Quién mejora a Toché cara puerta en la actual plantilla? Nadie.
De ver en cuando Toché tapa la boca a sus detractores, que callan, claro, al conseguir un gol como el que hizo en Vallecas, de filigrana. ¿Tampoco recuerdan el que consiguió en el estadio ‘Ciutat de Valencia’, de lanzamiento (un obús) en una falta?
En los años 60, el Cartagena que jugaba en el Almarjal tenía un delantero paraguayo, llamado Bogado. Como Toché ahora, el tal Bogado se vaciaba todos los domingos, de una parte a otra del campo, y era aplaudido por su entrega. Bogado, buen rematador de cabeza aunque torpe como él solo, jamás hizo goles como hoy los hace Toché, que tiene sus rachas, malas y buenas, pero que no merece el trato que recibe por un sector de la afición que quiere acabe la campaña con 40 goles. Ojalá.Tienen derecho a expresarse y a discrepar, pero al menos cabe reconocer el carácter fajador del santomerano, al que al menos hay que respetar por el sudor con el que todos los partidos moja su camiseta. El domingo chocó con una de las mejores defensas de la Liga Adelante y no dejó de darles batalla.
