21 de diciembre de 2013, 20:40
Están en todas o en casi todas partes. De Barcelona en este caso a Écija con el gasto que conlleva tanto coche, tantos kilómetros, tanta gasolina. Y es que, la realidad, el Cartagena nunca está sólo allá dónde va. Pasamos de los 1.500 que supuso esa verdadera legión de seguidores cartageneristas en Barcelona a apenas una docena de buenos, buenísimos aficionados que se atrevieron a hacer en el día los 500 kilómetros que separan Cartagena de la localidad sevilana.
Y allí estuvo también Andy Céspedes para inmortalizar ese momento en el que queda constancia en dónde estaban, en unas frias y casi destartaladas gradas con la única misión de aplaudir y de alentar a los suyos. Algún día habría que reconocer la pasión y el esfuerzo de estos seguidores, casi casi tan grande como el de los propios jugadores.
