26 de diciembre de 2012, 1:51
Hacia el final de los años 50, con medio siglo ya vencido, el futbolista africano Dida llegó a Cartagena entre el entusiasmo de los aficionados que organizaron un recibimiento por todo lo alto del moreno a su llegada en tren a la Estación de MZA, ahora gestionada por RENFE.
Llevaron una banda de música para festejar la llegada de aquel delantero, Dida, precedido de una fama que después el propio jugador no pudo justificar. Vistió la camiseta albinegra en el estadio de El Almarjal, en Tercera División, y se retiró antes de tiempo.
Fracasó como jugador y acabó trabajando en una yesería almacén en la calle Serreta de Cartagena, cargando sacos diez horas diarias, arropado por su fortaleza física que no le sirvió para triunfar.