Alberto Monteagudo quiso mantener la duplua Arturo-Chus Hevia en detrimento de Juanlu y Fernando, que se quedaron en el banquillo. El delantero cartagenero completó su mejor encuentro con un golazo de cabeza de delantero de raza y Chus Hevia defiende su titularidad con uñas y dientes
Fue un espectáculo ver en acción tanto a Arturo como a Chus porque estaban o salían o aparecían por todas partes como auténticas pesadillas de la defensa marbellí. Ambos delanteros, el cartagenero y el asturiano, le imprimieron al choque máxima intensidad y disputa del balón. Esa verdad que todos los albinegros brillaron pero el choque de Arturo y el de Chus fue un poco especial.
En el caso de Arturo su gol fue de auténtica raza porque entró a por todasa dispuesto a que se balón que tan bien supo rematar no se le escapase bajo ningún momento. Ya mereció algún gol en el primer tiempo pero la suerte no le acompañaría. Cuando fue sustituido se llevó una de las mayores ovaciones de la noche.
El caso de Chus Hevia fue muy similar. El público, que quiere con locura al asturiano, le premio con una cerrada ovación cuando fue reemplazado. Se mereció cuando poco un gol, y de hecho lo marcó pero el joven colegado valenciano no tuvo mejor ocurrencia que anularlo.
Es evidente que Chus Hevia se ha empeñado en defender su titularidad con uñas y dientes y que no está dispuesto a soltarla mientras Fernando lleva su segundo partido consecutivo en el banquillo.
