Alberto de la Bella abandonó el terreno de juego en el minuto 81, sustituido por Alcalá. Los aficionados se pusieron en pie para tributar el merecido homenaje a un futbolista que, a su paso por el Cartagena, ha demostrado ser un profesional de los pies a la cabeza en todos los sentidos, incluso cuando ha estado lesionado su presencia en el vestuario se ha hecho notar.
Antes del partido su esposa y sus dos hijas se unieron al futbolista, que recibía el cariño y el homenaje desde el club, Belmonte le entregaba una camiseta enmarcada y firmada por todos los componentes de la plantilla.
Después de completar un partido más que completo abandonó el estadio Cartagonova por la puerta más grande posible, por el centro de un pasillo de honor que le formaron todos sus compañeros, técnicos, equipo médico y empleados del club mientras los aficionados permanecían en sus butacas para tributarle esa ovación que solo los grandes futbolistas reciben.