jueves. 18.04.2024

Estaban recogiendo montones de flores por su certera gestión administrativo económica, escribían la nueva historia del fútbol de Cartagena con un éxito que enorgullecía a todos, supieron lidiar -con trabajo y apoyos exteriores- el toro del Concurso de acreedores, negociaron bien con la Agencia Tributaria, dieron estabilidad a la entidad, lograron prestigio por seriedad y se ganaron el apoyo de los esponsor, por ese prestigio que no es cosa que se alcanza en cuatro días ni por cuatro chalaos, pero apareció diciembre de 2016, ¡ay!, amigos míos, y los renglones de la inmaculada hoja de servicios de estos dos murcianos entroncados y bien recibidos en Cartagena, en el tema deportivo comenzaron a torcerse. Mala caligrafía. Y se observaron grietas en el mercado de invierno tanto en las salidas de futbolistas como en las llegadas.

Ellos son maestros en la organización burocrática pero están aún en clases de párvulos en temas elementales de lo que es fútbol por dentro. Saben mucho pero no lo saben todo.  No les iría mal bajasen los decibelios del propio orgullo, primo hermano de la prepotencia. Las plantillas de los equipos no se hacen delante de las urnas y por referéndum popular pero la afición no fue caprichosa en enero de este año cuando era un clamor la crítica de la masa de abonados en cuanto a la baja forzosa dada a Chus Hevia, que tuvo que buscarse las habichuelas fuera del Cartagonova. Es la historia de un jugador admirado que con la albinegra ha tenido que jugar hasta cojo, con Palomeque en el banquillo, renqueante y con muslera cuando no había otros recambios en la plantilla que rozó el descenso, peligro eludido por Belmonte. El efecto boomerang de aquella decisión de darle pasaporte a Chus sin tener amarrado el repuesto, ya se ha visto con el posterior rendimiento del asturiano en Linares y en el déficit que ha tenido y sigue teniendo el blindado Monteagudo en cuanto a estiletes en el área.

El tema de los delanteros goleadores es otro capítulo que golpea el desacierto en la misma faceta técnica de estos perfectos gestores y administradores pero de dudoso o discutible  buen ojo clínico para contratar y aligerar las plantillas. Los árboles de los halagos creo a veces no dejan ver el bosque de la realidad. Algo así debe haberle sucedido a la pareja dirigente del FC Cartagena. Lo que escribo entiendo se ha reflejado en la rueda de prensa realizada esta mañana de lunes 8 de mayo, tras la debacle en La Línea. Normal que se trate de levantar el ánimo pero no parece lógico ni correcto que el nivel de prepotencia de los triunfadores y muy aplaudidos Breis y Belmonte, se haya elevado al ático hasta criticar a la prensa ácida. Por supuesto que la prensa puede y debe ser criticada, pero no de manera gratuita y sin argumentos, por el mero  hecho de denunciar lo que no gusta. 

Dicho lo cual, el apoyo no debe faltar el domingo a todo el que vista el domingo camiseta blanquinegra en el estadio Cartagonova, en el campo de juego. Lo cortés no quita lo valiente. Y el lunes, sí: al sorteo del playoff./ G. J.

Belmonte y Breis, en tiempo de seguir aprendiendo
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