Que al Cartagena no le funcionan las cosas como deberían en sus partidos lejos del Cartagonova es algo que salta a la vista y Montilivi no fue distinto a El Alcoraz (Huesca), Carlos Tartiere (Real Oviedo), Fernando Torres (Fuenlabrada) o el Gran Canaria (Las Palmas), todos ellos terrenos de juego en los que el cuadro blanquinegro estuvo muy lejos de ser lo más parecido al que estamos viendo en casa.
Después de la mala imagen dejada en Gerona ya son seis las derrotas acumuladas por los de Luis Carrión y unido a las otras dos en Cartagena (frente al Almería y ante la Ponferradina) elevan la cifra a ocho derrotas, una cifra importante que dejaría a los albinegros en el alambre a poco de que fallen en algún partido más y la balanza no la equilibren.
Entrada de recuerdo de aquel primer partido histórico, propiedad de Pencho, el peñista más conocido del Efesé, que lo subió a su cuenta de twitter hace unos años
Los números hablan con claridad. De 27 puntos disputados por los albinegros a domicilio solamente han conseguido siete; las dos victorias (Zaragoza y Amorebieta) y un empate (en Leganés); el resto todo han sido disgustos y en algunos casos hasta ridículos como ya ocurrió en Huesca, Oviedo, Fuenlabrada y Las Palmas además del último fiasco en Gerona.
La manifiesta irregularidad del Efesé solamente encuentra una válvula de escape en la contundencia que los cartageneristas vienen demostrando ante su público
Hasta la fecha la vía por la que se escapan los cartageneristas es su fortaleza casera, donde es uno de los mejores equipos gracias a los 15 puntos que ha sumado, de hecho es el sexto mejor conjunto jugando en casa con cinco victorias y este domingo irán en busca de la sexta ante este Burgos que es lo más parecido a los cartageneristas cuando juegan lejos del Plantío, con apenas cinco puntos a domicilio de los 16 que atesoran en su casillero.
Los burgaleses llevan casi 35 años sin visitar Cartagena, cuando ninguno de sus futbolistas actuales ni siquiera habían nacido
Este es el Burgos que nos vamos a encontrar después de casi 35 años sin jugar en Cartagena.
UN PARTIDO, UNA INAUGURACIÓN…Y HASTA HOY
Aquel partido histórico de la inauguración acabó siendo un encuentro tedioso y aburrido, el 0-0 final lo dijo todo con unas gradas repletas con 14.000 espectadores y así lo recordamos muchos todavía. Aquel era el Real Burgos no el actual Burgos CF como tampoco aquel Efesé era el actual.
Pedro Mari Uribarri, el técnico vasco que aportó poca cosa ara evitar el descenso en 1988 y que dirigí a aquel Efesé que se enfrentaba al Burgos hace casi 35 años
El balón lo pondría en juego Juan Mata, padre de Mata, actual futbolista del Manchester United y que años después Mata (padre) acabaría jugando en el Efesé aunque sus lesiones le dejaron poco margen para el éxito. Pero aún hoy Juan Mata sigue conservando en Cartagena excelentes amigos como Manuel Pérez Gutiérrez, el conocido peluquero entonces encargado de las relaciones públicas de aquel equipo o José Luis Belda, un gran presidente que aún muchos aficionados lo recuerdan con cariño.
El capitán de aquel Efesé era el barbudo y madrileño Valle; le entregaría una placa a Tamayo, su homónimo burgalés, en aquella tarde fría y ventosa en la que Pedro María Uribarri, el entonces festero entrenador vasco –más preocupado de conocer amigas digamos que especiales que saber cómo jugaba el rival de turno- que estaba en el banquillo blanquinegro, jugó con estos jugadores: Sebastián; Valle, Pérez Durán, Paco Sánchez, Pedro; Sagarduy, Brizzola, Sebas, Lucas; Manolo Requena y Paco Machín. En la segunda mitad entraron Alonso y Amorós.
Uribarri duraría 172 días como entrenador de aquel Efesé. Hoy tiene 79 años y vive desligado del fútbol desde que se jubiló en el CE Sabadell en 1993. Poco después se retiraría a su pueblo de Galdakao hasta hoy, donde ve algún que otro partido de vez en cuando
El Burgos, dirigido entonces por el croata Sergo Kresic, jugaría con Bastón; Vilchez, Martínez, Tamayo, Bautista; Blanco, Álvarez, Blanco Vila, Ibáñez; Sanz y Mata. Luego jugó Antelo. Se dio la coincidencia que aquella mañana partió hacia Ibiza la primera regata Cartagena-Ibiza con un vendaval de viento que puso las cosas complicadas. Por la mañana en el Puerto y por la tarde en aquel flamante Cartagonova lleno (casi) hasta la bandera.
Pero aquel fue un partido malo de solemnidad y si muchos espectadores no acabaron dormidos fue por el acto en sí de la tarde, porque entre el viento y el pésimo juego el fútbol brillarían por su ausencia.