2 de junio de 2013, 20:45
José Miguel Campos, el entrenador cartagenerista, no pudo sentarse en el banquillo. El mazarronero no pudo porque, pese a tener la ficha correctamente diligenciada hubo una última hora en la que la Federación Española suspendía los derechos federativos del FC Cartagena debido a una deuda de la pasada campaña con el representante de uno de los entrenadores que pasó por el banquillo albinegro y cuyo nombre no se quiso dar a conocer.
Paco López, director general del club, era quien informaba a los medios a las seis de la tarde en una improvisada rueda de prensa con algunos periodistas y en la zona mixta del Estadio.
Campos no tuvo más remedio que seguir el partido desde una de las cabinas de radio, que se habilitaron especialmente para él. Tuvo que dar las instrucciones a través de móvil. Fue un obstáculo añadido que, probablemente, tendría su influencia, poca o mucha, pero que impidió a Campos estar ocupando su sitio.
Paco López, director general del club, era quien informaba a los medios a las seis de la tarde en una improvisada rueda de prensa con algunos periodistas y en la zona mixta del Estadio.
Campos no tuvo más remedio que seguir el partido desde una de las cabinas de radio, que se habilitaron especialmente para él. Tuvo que dar las instrucciones a través de móvil. Fue un obstáculo añadido que, probablemente, tendría su influencia, poca o mucha, pero que impidió a Campos estar ocupando su sitio.
