martes. 16.04.2024
Después de lo sucedido en el estadio de Santo Domingo donde parece que algunos futbolistas bajaron los brazos en determinados momentos, llevados por el subconsciente,  o al menos esa sensación dieron, cabe la posibilidad de que el preparador andaluz opte por dar paso en las inminentes formaciones a algunos jugadores de los llamados ‘legionarios’ en el argot futbolístico.

CR quiere máxima implicación, según lo declarado por él mismo y con la claridad que le caracteriza; interpreta que, si se cae en un campo de juego tiene que ser lo último de lo último; "hay que morir matando", es frase acuñada por el técnico que hizo el milagro en Huelva y que puede repetirlo en el Cartagena. Pero el equipo albinegro no puede ser presa fácil de nadie, mucho menos del Alcorcón que, con todos los respetos, no es nada extraordinario aunque está muy bien clasificado, mucho de lo mejor que todos esperaban del equipo de Anquela.

Las opciones del Cartagena para puntuar el sábado en el rectángulo de los amarillos fueron tan escasas que, tan desmayado estuvo el ataque, tan desvaído el centro del campo y a veces y en jugadas puntuales –como en  el gol del oportunista Quini, que anotó su noveno tanto en la Liga-  Carlos Ríos busca si no una revolución para las próximas batallas, sí al menos la incorporación de futbolistas capaces de revertir la situación con un afán competitivo a niveles de legionarios, quienes en su instinto está el luchar a pecho descubierto.

LATERALES MÁS CONTUNDENTES Y MENOS BLANDOS
¿Hay muchos futbolistas de ese corte guerrillero (dentro de un orden) en el actual Cartagena? Posiblemente haya pocos kamikazes, ya no suicidas convencidos, pero sí probablemente se disponga de algunos jugadores temperamentales. De los que no jugaron en Alcorcón con los albinegros tal vez Txiki, reserva en los dos últimos partidos, y acaso Gorka Kijera, resulten más expeditivos y contundentes. No damos sugerencias sino que dentro de la olla de las elucubraciones podrían darse cambios en busca de una defensa, por sus laterales, más recia, decidida y con más sentido de la concentración. Los centrales Abraham Paz y Chus suelen ser un fielato para los delanteros; en las bandas es donde asaltan las dudas.

En otras líneas hay asimismo jugadores que no parecen implicados al 100 %. Escribimos en hipótesis y no señalamos con el dedo acusador a Ivan Bolado, que es otra historia.

CASUALIDAD: LO MEJOR DE LOS RIVALES, LAS BANDAS
Mala suerte la de las bandas defensivas de Cartagena. Les ha tocado bailar con las más feas, es decir enfrentándose a los mejores jugadores de los equipos rivales. Porque es evidente que todos los adversarios (Deportivo, Hércules, Sabadell, Barcelona B y Alcorcón) encontraban a veces autopistas en las alas de la cobertura albinegra, factor aprovechado por la calidad de esos jugadores específicos para llegar ante Reina y de cara también a Juanma.

Está claro que el responsable y quien debe decidir es el entrenador, pero este argumento no es ajeno ni está lejano a los criterios del entrenador, según lo visto por Carlos Ríos en el campo de Santo Domingo. Máximo respeto a los criterios, aunque en el fútbol todo es materia opinable.

De todas formas esa actitud de apatía más o menos acusada puede ser transitoria, tendrá que serlo, y no corresponde al esfuerzo global en determinados partidos. En el Cartagonova se va notando cada vez más la influencia del factor campo. Ya se vio recientemente ante el Sabadell, con un gran esfuerzo de la colectividad. Frente al Guadalajara no queda otra que mejorar aquella actuación. Se puede, naturalmente que sí.

Carlos Ríos podría dar paso a jugadores ‘legionarios’ en las próximas batallas del FCC
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