Luis Carrión sigue acaparando las miradas de muchos de los seguidores albinegros, que lo ven como el principal responsable de todos los males que asolan al Cartagena. Tampoco es así pero ocho jornadas sin ganar solo las supera el colista Ibiza, que durante una fase de la Liga Smartbank llegó a estar hasta nueve partidos sin conseguir la victoria. Y esa fue la principal circunstancia por la que los ibicencos acabaron en el pozo de la clasificación. Ojo también a este dato.
La realidad es que este Cartagena se ha puesto a siete puntos del descenso directo. El playoff ya queda un poco más más lejos, ocho puntos le separan de los 42 que lleva el Albacete por lo que parece claro que todas las fuerzas hay que dirigirlas ahora enderezar el rumbo de una nave que zozobra y que tiene por delante un calendario complicado.
Primero, la visita del Éibar, campo de por si complicado donde el Cartagena nunca ha sacado nada positivo y los armeros es uno de los dos equipos el otro es el Granada- que se mantiene invicto en su terreno. Sólo cuatro equipos –Leganés, Alavés y Mirandés (todos 0-0) y Albacete (1-1) han salido indemnes de Ipurúa, lo que da una idea de las dificultades que se van a encontrar en uno de los recintos menos asequibles de la categoría.
Carrión sabe todo esto y, como hombre de fútbol que es, deberá de tener la alarma encendida por muchas palmadas en el hombro que haya recibido, especialmente de Belmonte y Breis, nada partidarios del cese de entrenadores -solo Víctor Fernández y Borja Jiménez- pero el fútbol suele arrasar con todos los convencimientos posibles, y este podría ser uno de esos casos. Mandarán los resultados que, en buena lógica, tienen que mejorar.
El técnico cartagenerista tiene en contra el estigma de Numancia, donde después de una primera vuelta magnífica, con el equipo incluso clasificado durante la primera vuelta en puestos de playoff, acabaría cayendo en picado tras una racha de diez partidos sin ganar que le abocaron primero a la zona baja y le condenaron al descenso incluso después de haber sumado los famosos y preceptivos 50 puntos. Aquel fue el año del descenso también del Deportivo de la Coruña. Hoy, el Numancia sigue hundido jugando en Segunda RFEF.
Todo esto son circunstancias que el entrenador albinegro no puede evitar y que juegan en su contra. Por delante tiene las visitas al Éibar, Alavés y Ponferradina como las tres visitas inminentes. Y en casa estarán el Oviedo y el Andorra, pero éste ya a primeros del mes de marzo que, para entonces, todo podría estar decidido. Bien a favor porque Carrión, ojalá sea así, ha dado con la tecla y ha sacado adelante la situación o bien por que las cosas se han complicado hasta el punto de que Carrión ya no esté sentado en el banquillo.
Belmonte y Breis, aunque juren en arameo, llegados el caso, harán lo que tengan que hacer. Para bien o para mal. El amor eterno, contigo pan y cebolla hasta el final, no existe en el fútbol y eso Carrión lo sabe.
De momento hay margen hasta el Oviedo aunque también se piensa que por qué no se puede ser el primero en ganar en Éibar. A partir de ahí ya se verá.
