7 de septiembre de 2011, 11:09
Muchas, muchas cosas han pasado en el Cartagena durante la última semana. Tantas, que enumerarlas aquí al detalle con toda la repercusión que todo ello puede tener en la preparación de un partido nos llevaría muchísimo tiempo. Han pasado muchas cosas, sí, pero ninguna de ellas ha sido positiva. Siempre se ha dicho que es tarea de un entrenador saber aislar a los jugadores, a sus jugadores, del entorno que los rodea, dotando al vestuario de la privacidad y el secretismo que tanto atrae a los neófitos y espectadores exteriores. Saber mantener esa unión, esa magia puede ser gran parte del éxito en ese sentido.
Pero vamos desde el principio. Desde que se estrenara la Liga en Alicante las sensaciones del equipo han ido de mal en peor. De tener veinte minutos ilusionantes en el Rico Pérez a no poder salvar ni la dignidad contra el Barça B en el Cartagonova. Y es por esta dolorosa derrota por la que se ha precipitado la gran 'bomba' de la semana albinegra: la dimisión de Ángel Quirantes como director deportivo de la entidad. Todo ello no genera sino confusión y ruido mediático. Desde luego nada más lejos del positivismo que sería adecuado. La afición no está conforme con nada ni con nadie.
A todo esto, e hilando con el primer párrafo, será una especie de examen de recuperación para todo el equipo, desde PL hasta Goiría, pasando por cualquiera de los demás integrantes. Porque se evaluará con lupa todos los aspectos de un conjunto que, hasta ahora, ni ha vencido ni ha convencido, porque casi es más preocupante lo segundo que lo primero. La afición echa en falta ver un funcionamiento, una línea, una señal que les incite a que sí, a que se puede creer en el Cartagena basándose en argumentos y no como un acto de fe.
Así que, hete aquí, la Copa del Rey aparece como la aspirina, como la pomada llamada a quitarle, sino todos, parte de los males que acechan a este Cartagena y gran parte de su entorno. Una competición en la que, desde que el equipo ascendiera a Segunda, sólo se ha superado una ronda, en la primera temporada en categoría profesional del club con un memorable partido ante el Elche en el Cartagonova. La pasada campaña fue el Rayo quien truncó la marcha de los albinegros por esta competición que puede ser paliativa de una mala marcha en Liga que esperemos no se produzca.
Para batir al Numancia, el Cartagena contará con las bajas seguras de Juan José Collantes, Abraham Paz y Miguel Ángel Riau, todos por lesión. Las expulsiones de Josemi y Gaspar, a pesar de ser tarjetas rojas directas, no computan para el torneo copero por un último cambio en la reglamentación. Así pues, podrán ser de la partida, y tienen muchos boletos para hacerlo ya que permitiría darle descanso a los jugadores que los tendrán que suplir el próximo sábado en Sabadell. Pero eso es otra batalla. Pero para esta batalla se prevé (mini) revolución en el once, dándole galones a esa segunda línea que no se ha estrenado en Liga, para comprobar si, efectivamente, esta plantilla es competitiva a más no poder.
Delante estará el Numancia de un viejo conocido, Unai Expósito, para arrebatarle la eliminatoria, el gozo y hundirle más en el pozo al Cartagena. El entrenador soriano, Pablo Machín, se ha traído a 24 futbolistas para el envite, una convocatoria bastante amplia. Además, dijo del Cartagena que “se trata de un buen equipo, que en Liga no empezado bien con relación a las expectativas que había generado, pero seguro que mañana lo ponen difícil”
Así pues, llega la Copa para intentar aliviar los males que azotan al Cartagena. La cuerda a la que aferrarse para superar un mal inicio de Liga.
