El Cartagena se impone por calidad y efectividad al Águilas en El Rubial (1-6)

Moya García, asistido en las bandas por Pérez Jurado y Jódar Pérez. Amonestó a Gaspar y Xavi.

Al Cartagena se le empiezan a quedar pequeños este tipo de partidos. Los encuentros que llevamos hasta ahora de pretemporada no dejan de ser un entrenamiento con público y trío árbitral. El abismo de calidad que hoy, por ejemplo y como muestra de los anteriores rivales, del Águilas ha sido demasiado para unos jugadores blanquiazules que se mostraron peleones, pero poco más, ante un conjunto albinegro (hoy de nuevo de blanco inmaculado) que hizo lo que quiso, y se mostrós bastante efectivo. Cuestión de talento, vamos.

No se puede decir que el Cartagena arrollara o avasallara, simplemente se limitó a, con tres chispazos y dos fogonazos, conseguir una renta los suficientemente amplia y lo suficientemente pronto como para no tener que emplearse a fondo el resto del partido. Un Lafuente – bien acoplado a su nuevo 'rol' - que se asociaba con Antón o Collantes volvían loca a la defensa rival. Eso sí, siempre con uno o dos toques y con mucha verticalidad.

Poco a poco, los goles fueron llegando, y con mucha efectividad. El primero fue casi un regalo del portero local, que con una salida en falso le dejó el balón en bandeja a Manu Torres para hacer el gol. El segundo se puede convertir en marca de la casa. Tras una combinación en el centro del campo, Lafuente se saca un pase hacia Antón que define con mucha tranquiladad donde el portero no poía llegar. Y para el tercero, Salva condujo una contra que culminó Collantes. El mundo al revés.

En el anterior párrafo han salido dos nombres llamados a dar que hablar. Por ejemplo, Ander, que se ha acoplado a una nueva posición en la que se encuentra, o por lo menos eso parece, bastante más cómodo con el paso de los partidos. Otro, Salva. Delantero alto, fuerte y de calidad, que se reivindica con su trabajo. El Águilas recortó distancias por medio de un penalti que cometieron alalimón entre Josemi y Manu Torres.

En la segunda mitad, el carrusel de cambios hizo que perdieran un poco del fuelle y la agresividad de la primera mitad. Tampoco hacía demasiada falta. Ya hacia el final del partido fue cuando el equipo se volvió a dar el gustazo de los goles, que capitalizó en un esprín final Bolado, que marcó dos tantos. Seguramente servirá para dar confianza al joven delantero. 

El cuarto gol fue obra de Marc, que culminó una contra llevada por un Maldonado bastante participativo, aunque todavía no está al nivel que se le espera. Luego, Bolado hizo el quinto de cabeza y cerró la cuenta de los cartageneristas con un bonito gol de vaselina. Parece que, poco a poco, todos los delanteros espabilan y golean, incluso se advierte una cierta facilidad en el equipo para llegar al gol. El primer partido contra el filial dejó una sensación engañosa y prematura de falta de gol.

Todo sigue su curso, todo sigue la hoja de ruta establecida. Los delanteros golean, los defensas defienden y los medios crean. Queda mucho por hacer, pero hay bastante hecho. Lo que pide el equipo a gritos es un rival de su altura con el que medirse. Ya se ha cansado de abusar de los pequeños en el patio del colegio.