FICHA TÉCNICA
RESULTADO
FC Cartagena 2-2 UD Melilla
ALINEACIONES
FC Cartagena: Limones; Abenza, Ceballos, Neira, Germán; Migue, Luque, Sergio (61' Arcas), Carlos M. (76' Gato); Pallarés (63' Chus Hevia), Ribas.
UD Melilla: Jesús Romero; Juanjo, Amarito, Bolaños, Mahanan, Nando, Guille Roldán (80' Manolo), David Sánchez, Chota, Pedro (73' Richi), Sufian (69' Hamin).
GOLES
0-1, Guille Roldán (45'); 1-1, Carlos M. (61'); 1-2, David Sánchez de penalti (83'); 2-2, Gato (91').
ÁRBITRO
Ais Reig, del colegio valenciano. Amonestó a Ribas, Luque, Sufian y Hamin.
INCIDENCIAS
2.894 espectadores en el Cartagonova
La CRÓNICA
Por CARLOS SÁNCHEZ
(Fotos: RAÚL VELASCO)
Sensación agridulce, una cosa a mitad de camino. El Cartagena lo hizo bien en la primera parte, recibió un gol cuando menos lo merecía, igualó cuando peor estaba, lo vio perdido al final y lo rescató en el ultimísimo instante. Toda una montaña rusa de emociones en una mañana que apuntaba a plácida, pero que terminó siendo no apta para cardiacos, sufridores empedernidos y aficionados aprensivos.
De inicio, el cuadro albinegro presentó una novedad importante. Por fin se cambiaba de sistema y del sempiterno 4-2-3-1 se pasó al 4-4-2 con dos delanteros natos como Ribas y Pallarés. En base a eso se empezó a construir una buena alternativa, con llegadas por ambas bandas y buenos centros para los dos rematadores. El Cartagena hacía bien las cosas más elementales, pero le valía para acumular ocasiones y acular al Melilla en su área, que no terminaba de encontrar salida.
Ribas demostró calidad, Pallarés se entregó como de costumbre, Luque le dio salida desde atrás al balón al lado de un Sergio enorme que lo barrió todo, y Carlos Martínez empezó a encontrar su sitio. Las cosas parecían salir bien, y se aproximaba más el 1-0 que el 0-1. Pero los caminos del fútbol son inescrutables, y cuando mejor estaban los albinegros, recibió el mazazo de un gol al filo del descanso. Chota sirvió un balón desde la izquierda que encontró en Guille Roldán un rematador de lujo. La lucha no sirvió para nada.
CARLOS MARTÍNEZ REAVIVÓ LA LLAMA
Tras la reanudación empezó a cundir el nerviosismo en el Cartagena. Todo lo bien que se había hecho en los primeros 45 minutos se echó por tierra cuando las líneas se separaron y el equipo se hizo largo. El Melilla olió la sangre, y sobó el esférico hasta desesperar a los cartageneristas, que languidecían impotentes, incapaces de robarles la pelota a los azulinos. Las alarmas comenzaban a saltar cuando, de nuevo, el fútbol propició un giro dramático que ni el mejor guionista.
Un balón largo de Limones, una peinada de Ribas, un balón suelto dentro del área y Carlos Martínez, el más listo de la clase, hizo la igualada. Un tanto que le dio un chispazo a los locales para buscar darle la vuelta definitiva al marcador. La entrada de Arcas y, sobre todo, de Chus Hevia – el asturiano pide más minutos a gritos – le dio empaque de nuevo al equipo, y se encadenaron buenos minutos, con llegadas y presencia en ataque. El Melilla tiró de manual, se replegó y lanzaba contras que llegaron a poner en algún aprieto al Cartagena.
DOS GOLES EN DIEZ MINUTOS
Sin embargo la mejoría fue pírrica. O, mejor dicho, le duró poco tiempo. Las líneas volvieron a separarse, llegó el bajón físico y las alarmas saltaron de nuevo. A falta de cinco minutos para el final, en un córner en contra, el árbitro señaló penalti por una acción dentro del área. David Sánchez parecía apuntillar a un Cartagena que vio el partido perdido a esas alturas. Quedaba poco tiempo y mucho trabajo para intentar rescatar algo positivo.
Fue Gato, en el minuto 91, quien se encontró un regalo de Jesús Romero. El meta visitante no despejó bien un balón que cayó a los pies del granadino, cuyo disparo, además, resultó inapelable. Al final, del mal, el menos. Un punto que sirve de poco al Cartagena, que se debe agarrar a la mejoría producida en su juego. Por este camino, la victoria no puede tardar en llegar, a poco que los augurios sean favorables.
