jueves. 28.03.2024
Pronto empiezan los primeros 'palos'. La sensación que dejó el final de la pretemporada, con derrotas justo cuando la categoría de los equipos rivales se equiparaba, disparó las alarmas de los más estresados. Claro, que una vez solucionada la huelga de marras, el equipo no dio la talla en Alicante. Bueno, corrijo, dio la talla 'sólo' durante veinte minutos, para después encajar la primera derrota de la temporada, lo que hizo que se dispararan las alarmas en los no tan estresados ni nerviosos. Entre discursos agoreros y profecías casi apocalípticas ha transcurrido la semana para los de Paco López.

Con semejante ambiente de fondo nada más comenzar la competición se antoja complicado planificar la visita del filial blaugrana con el punto de mira en su sitio.A todo esto, cabe sumarle que como guinda al 'pastel' no vino un delantero a última hora, sino un centrocampista. El problema es que ese mismo jugador ya había sido descartado en junio: Julien. Todo ello ha generado, está generando un clima de pesimismo generalizado entre gran parte de la afición albinegra.

Otro de los puntos tratados esta semana fue, sobre todo, el cambio forzoso tras la lesión de Collantes, cuanto el míster dio entrada a Goiría. A partir de ahí, se desencadenó un debate del que PL ha dicho no preocuparse en exceso. Como dice el preparador, todos y cada uno de los aficionados llevan un entrenador metidos de dentro. De todas maneras, las prisas no son buenas consejeras. No lo son nuncas, pero menos cuando solamente se llevan disputados 90 minutos de competición oficial. De una competición oficial tan larga, además.

Segunda (primera, de facto) jornada y ya estamos hablando de tres puntos para que no cunda el pánico. Muchas veces es cuestión de preguntarse si el Cartagena no se ha auto-impuesto demasiada presión desde el principio, aunque eso es ya otro debate. Ahora lo único que importa, o que debería importar, es la visita del filial del Barça, que supondrá, además, el reencuentro del Cartagena con su último gran héroe, el que concretó e hizo carne la hazaña que todos soñábamos, la de aupar al conjunto albinegro de nuevo al fútbol profesional: Carlos Carmona Bonet.

Para ello, el Cartagena contará con las bajas seguras de Riau y Collantes. A partir de ahí, se abre un ramillete de posibilidades sobre todo en el centro del campo, que es la parcela donde más dudas están sembradas. En principio, lo más lógico sería alinear a Cléber, que ya está recuperado de su lesión y ha entrenado con normalidad toda la semana, antes que al todavía renqueante Mariano, al experimento con Lafuente, o que al recién llegado Julien. El compañero de cualesquiera de ellos será, con toda probabilidad, Dimas Delgado.

La otra duda es quien ocupará la banda derecha, si optará por un intercambio hombre por hombre, alineando a Maldonado o Marc Fernández o si, por contra, cambiará de sistema utilizando dos delanteros, dando entrada al cuestionado Goiría o al joven Iván Bolado junto a Salva Chamorro, lo que mandaría a Álvaro Antón a acostarse hacia la banda derecha.

Por su parte, el Barça B llega con bajas por el 'virus FIFA': Montoya, Bartra, Tello, Planas y Sergi Roberto andan con sus respectivas selecciones de la categoría. Cosas como esta son las que hacen replantearse si sería conveniente una liga de filiales. Pero eso, otra vez, vuelve a ser otro debate distinto del que nos ocupa. Tras perder en el Mini Estadi ante el Villarreal B, se espera una versión ofensiva del mini-Barça en el Cartagonova.

Demasiado pronto para las prisas, pero es lo que hay. Todo lo que no sea sacar los tres puntos enervaría aún más a una afición con la mosca detrás de la oreja. Que no cunda el pánico. Esperemos.

El Cartagena recibe al Barça B inmerso en un mar de dudas pero soñando con la victoria
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