viernes. 29.03.2024

Cartagena siente y se siente

No hay nada más emocionante en las Región futbolística que un Murcia-Cartagena, da igual el orden de los equipos. Es lo más grande. De hecho, en este tipo de partidos lo de menos es el partido en sí. Emociona la semana previa, el que pasará, el ganarle al eterno rival. Un chute de adrenalina para purgar nuestras penas cotidianas. El fútbol, ese día, desde que uno entra en el estadio hasta que sale, es la vida.

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Espectacular imagen de la afición cartagenera en Nueva Condomina

Desde por la mañana ya se notaba en Murcia que había derbi. Gente con la camiseta albinegra, o grana, por los aledaños del estadio Nueva Condomina. La mirada mezcla de excitación y miedo a sufrir un resultado que haga difícil la vuelta. Porque aunque sea un partido de fútbol, el que siente esto de verdad, si pierde su equipo, a casa se va tocado. No hay consuelo posible. El fútbol es de las pocas pasiones que entronca el presente con la niñez. Es el cordón umbilical con nuestra infancia.

Cartagena siempre ha sido una ciudad futbolera. A poco que el equipo le da, la afición les entrega la vida. Muy pocas ciudades en nuestro país son capaces de arrastrar a cerca de 4.000 aficionados. Cierto es que la distancia Murcia-Cartagena es de unos 45 minutos en coche siendo generosos, y en condiciones normales. Hoy, sin duda, no era un día de esos. Pero en otras ciudades, ni eso. Apenas se desplazan cientos de aficionados. Aquí casi 4.000.

Era impresionante para los periodistas ver desde arriba como iban entrando en los aledaños del estadio uno detrás de otro los 30 autobuses llenos de aficionados albinegros. Poco a poco fueron llegando a las gradas de Nueva Condomina para llenar un lateral que el resto del año presenta un aspecto paupérrimo. Entonces comenzó el partido.

No fue un duelo brillante del equipo de Monteagudo, quizá agarrotado ante la dimensión del encuentro. No tanto por ser un derbi sino porque este año Cartagena quiere sentir. Quiere emocionarse. Quiere ilusionarse. Belmonte ha logrado en dos años eso. Recuperar la ilusión por aspirar a vivir de nuevo ese ascenso en Alcoy, ese rozar con los dedos la Primera División. La afición se dejó la garganta durante los 90 minutos. Arropó a los suyos cuando peor lo pasaban. Porque en Cartagena somos así. Nos crecemos cuando pisamos Murcia y reivindicamos lo nuestro. 

Pese al empate, la gente se fue contenta. Un punto es un punto comentaban a la salida del partido. La derrota del Marbella ayer ayuda a dulcificar este empate que, no nos engañemos, nos sabe a poco. Después de vivir un 1-4 en ese mismo estadio, todo lo que no sea ganar sabe a poco. “Este miércoles viene el Marbella, les ganamos y nos quedamos a un punto” pensó la afición. Cartagena siente y hoy en Murcia se sintió. Vaya si se sintió.

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El alcalde de Cartagena como un seguir más con el resto de aficionados blanquinegros

P.D.: Algunos aficionados lamentaron que los jugadores no se dirigieran a la afición a agradecer el apoyo recibido por su parte. Los jugadores deben ser conscientes de ello.

Cartagena siente y se siente
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