La entrada de público no llegó esta vez ni a los siete mil espectadores, que estaba siendo la media de los últimos encuentros.
Ni siquiera se llegó a igualar la cifra de 7.474 espectadores, que venía siendo el promedio de esta temporada coincidiendo con el número de abonados que tiene el club albinegro.
Los espectadores que acudieron estuvieron durante una gran parte del partido fríos y, salvo en la recta final del encuentro, apenas animaron. Los albinegros tampoco le dieron muchas ocasiones para hacerlo, tan sólo al final hubo algún que otro atisbo de levantar el ánimo y el público respondió a las escasas oportunidades que tuvo de hacerlo.
La de este sábado ha sido una de las entradas más flojas en la presente Liga. La política de precios que marca Paco Gómez tampoco es del agrado de una gran parte de los abonados y el hecho de que fuese televisado, con el añadido de la pésima trayectoria, terminó haciendo el resto: menos de siete mil personas en las gradas.
