Si hablamos del Castellón y el Cartagena en la Copa del Rey resulta inevitable sacar a relucir aquella sonada eliminatoria que acabaría dando la vuelta a España. Se jugaba en el desaparecido El Almarjal --lo que hoy es Carrefour- y los cartageneristas tenían que superar el gol de ventaja que traía el equipo castellonense de La Plana.
El problema estuvo en el arbitraje, pésimo, del guipuzcoano Urío Velazquez. Tuvo una pésima actuación que influyó decididamente en favor del Castellón, entonces en Segunda División frente a un Efesé que acababa de debutar en la jovencísima Segunda B. Urío, que tuvo que salir fuertemente custodiado por la Policía Nacional, nunca ha olvidado aquel partido que acabaría con la guinda de una absurda persecución por la antigua carretera general hasta Alicante con la única finalidad de agredirle. A Urío Velázquez, que después acabaría como un gran árbitro, y a todos sus compañeros del equipo arbitral.
Hay que recordar en este paseo a paso ligero por el túnel del tiempo que en 1977 se inicia la escalada de categorías más fulgurante del club con el ascenso a Tercera División. Tres temporadas después, en 1980, se logra el ascenso a Segunda División B, y dos más tarde en 1982 se disfruta el último ascenso a Segunda División del club tras un final de temporada sorprendente. En cinco temporadas se había pasado de la categoría regional al fútbol profesional.