El hoy, de nuevo, entrenador del Écija, fue el último entrenador del Cartagonova FC, que no deja de el actual FC Cartagena que, en 2003 dejó de llamarse así precisamente tras la llegada al club de su actual dueño, Paco Gómez, que entre sus primeras operaciones fue la de recuperar el nombre de Cartagena.
Rivera llegó al Cartagonova en diciembre de 2002 de la mano de Luis Oliver, del cual se sintió poco después engañado ya que el controvertido empresario navarro no pagó prácticamente nada durante su corta estancia de apenas unos meses en la ciudad portuaria. Rivera fue su último fichaje y llegó para sustituir al mítico (como futbolista) Juan Señor, que apenas duró dos meses en el banquillo del Cartagonova.
Aquella fue una temporada aciaga y llena de despropósitos que habría abocado al Cartagonova a la desaparición si no llega a irrumpir en escena y casi en el último momento Paco Gómez. Futbolistas sin cobrar durante un montón de tiempo y desbandada general de la afición tras un inicio repleto de ilusión fueron algunas de las notas más recordadas y que ahora son historia. Ahí en medio estaba Miguel Rivera, quien supo llevar a un grupo de futbolistas que los clasificó en mitad de la tabla. No quiso esperar y acabo fichando por el Melilla.
{sumario:Durante su etapa en Caravaca le salvó la vida a 'Papito', un chaval que jugaba en el Efesé en 1ª Regional:sumario} Cuando llegó a Cartagena era un perfecto desconocido porque su equipo más conocido había sido el Málaga B. Pero a raíz de su paso por Cartagena se enganchó a la Segunda B y desde entonces prácticamente no ha habido año que esté sin trabajar. Lo hizo en el Águilas y Caravaca en la Región pero también en el Leganés o en el propio Écija en una etapa anterior.
Durante su etapa en Caravaca fue la persona quien le hizo el torniquete a ‘Papito’, aquel joven futbolista colombiano que un domingo de febrero casi se amputa una pierna tras chocar contra una boca de riego en las pistas municipales donde jugaba el Efesé de Primera Regional. Él estaba allí como espectador y fue el primero en ayudar a este chaval que, desgraciadamente, murió al año en otras trágicas circunstancias, ya que fue encontrado ahogado en una playa de Cartagena.
Rivera, el ‘compañero’ Rivera como se le conocía por Cartagena debido a la costumbre que tenía de llamar ‘compañeros’ a sus jugadores, dejó aquella frase de “no tenemos ni para detergente” que dio la vuelta a España entonces. En Cartagena dejó amigos pero también alguna que otra enemistad dentro del club.
Este domingo vuelve a cruzarse en el camino blanquinegro y seguro que seguirá siendo el mismo ‘viejo zorro’ de siempre. Un obstáculo más para los albinegros porque, de Segunda B, se lo sabe casi todo
