29 de marzo de 2015, 15:56
El concejal de Deportes de Cartagena estuvo al pie del cañón. Al más puro estilo de aquel técnico del CD Logroñés, Carlos Aimar, que daba palmaditas en el pecho a los suyos. Ortega no llegó a tanto pero, con su presencia, sí quiso escenificar su apoyo más firme a este grupo de futbolistas que, decididamente, poco o nada quieren saber de unos dirigentes que poco caso le hacen a la hora de pagar las nóminas.
Luego pasó el resti del tiempo en el palco, como casi único acompañante del presidente Javier Marco.
A raíz del gol de Chus Hevia se empezaron a escuchar, tímidamente, algunos gritos de ‘Efesé, Efesé’, que fueron multiplicándose a medida de que se acercaba el encuentro y los cartageneristas iban viendo como se acercaba la posibilidad de amarrar la que, después, acabaría siendo una nueva victoria.