FICHA TÉCNICA
RESULTADO
FC Cartagena 1-0 RC Recreativo
ALINEACIONES
FC Cartagena: Limones; Ceballos, Gonzalo, Ayoze, Jesús Álvaro; Sergio Jiménez, Rivero (81' Chus Hevia); Cristo, Juanlu (74' Luque), Menudo; Fede Laens (66' Sergio García).
RC Recreativo: Rubén Gálvez; Mario Marín, Robles, José Alonso, Álvaro Moreno, Edu Moya (69' Arthuro), Núñez, Manu Molina, Miguelito (77' Domínguez), Jesús Vázquez, Zambrano (69' Rubén Mesa).
GOLES
1-0, Cristo (58').
ÁRBITRO
Collado López, del colegio castellano-manchego. Amonestó a Gonzalo, Ceballos por los locales y a Núñez, Miguelito, Manu Molina, Álvaro Moreno por los visitantes.
INCIDENCIAS
4.127 espectadores en el estadio municipal Cartagonova.
CRÓNICA
Por CARLOS SÁNCHEZ / Fotos de RAÚL VELASCO
Todo apuntaba de nuevo a un 0-0 típicamente cartagenero, al que ya estamos acostumbrados a ver una y otra vez en las últimas jornadas. Un resultado que solo pudo romper Cristo, muy entonado en el día de hoy y al que le salieron prácticamente todos los regates. Un lance que no oculta la evidentísima falta de gol del Cartagena, ya que, pese a disfrutar de buenas ocasiones, terminaría prácticamente pidiendo la hora, en casa y ante uno de los equipos en el vagón de cola. Vamos, nada que no se haya visto ya antes.
En la primera mitad el Recre demostró que un equipo puede separar la situación extradeportiva de lo que se ve en el terreno de juego. Al menos esa fue la sensación que dejó el cuadro de Ceballos en esos compases de partido. Núñez, jugando donde quiere y alejado ya de la banda que le ata, es capaz de armar el ataque de un equipo que dio algún que otro susto en los llamados minutos de tanteo. Las aproximaciones de los onubenses inquietaron a un Cartagena que poco a poco se quería ir quitando ese dominio de en medio.
Pero siempre tropezándose en la piedra de la falta de acierto. La línea de tres cuartos funcionaba correctamente. Ante la ausencia de Chus Hevia el más activo fue Menudo, como ante el Jaén, con un Cristo entonado secundándole en la banda derecha. Conforme avanzaban los minutos el balón era cada vez más de los locales y menos de los visitantes. Sin embargo, no había ocasiones claras hasta pasada la media hora de juego. Las aproximaciones se convirtieron en disparos peligrosos por mediación de lanzamientos lejanos de Rivero y Menudo, y varios córners que se quedaron sin rematar. Fede Laens también puso de su parte para agitar el partido.
Al descanso se dibujaba la película típica del Cartagena en los últimos tiempos: buen juego y buenas aproximaciones, pero nulos de cara a la portería rival. En el estadio ya se empezaba a difundir el runrún entre el público que echaba cuentas de cuantos minutos llevaba su equipo sin marcar. Desde que Hevia hiciera el 3-1 ante el Mérida en el minuto 37 de aquel encuentro jugado el día de San Valentín había pasado mucho tiempo. Demasiado. Concretamente 381 minutos hasta que Cristo ha cortado esa racha.
Tras la reanudación, un contragolpe llevado por Rivero habilitó en buena posición al ex del Tenerife. Cristo tiró dos amagos y a la tercera golpeó desde la frontal para poner el primer tanto en el marcador. Este minuto 58 pasará a la mini-historia de esta campaña por haber puesto punto y final a este tormento. Tras el gol llegaron los mejores instantes para los locales. Al Recreativo se le vino todo encima de golpe y veía como los Menudo, Cristo o el recién incorporado Sergio García llegaba una y otra vez. Pero, de nuevo, sin suerte.
Cuando movieron banquillos ambos entrenadores los visitantes recuperaron poco a poco el resuello, y volvieron a estirarse buscando amedrentar a un Cartagena que a punto estuvo de sentirse a placer. Algunas acciones de los jugadores dejaron entrever que el partido se podía embarrar en el terreno del pique – hubo un conato de tangana en la que salió amonestado Ceballos – pero no llegó la sangre al río.
Nada se movería ya en el encuentro. El Recre lo intentó en los últimos instantes, y casi que el Cartagena se atrincheró por miedo a perder ese preciado tesoro del gol de Cristo. Casi pidiendo la hora, pero el árbitro decretó el final antes de que hubiera que lamentar nada.
