M. A.
Podría decirse, sin temor a equivocarnos, que Paco Belmonte y el grupo al que representa han entrado con buen pie en el FC Cartagena. Su puesta en escena no defraudó a nadie. Al final, el sentimiento generalizado entre los asistentes era el de una presentación clara, limpìa y sin ambages, recovecos o laberintos enrevesados. Dijo lo que dijo, que van a cumplir y que van a pagar. Que no hay nada por detrás. Que son limpios y claros. Que hay dinero para invertir y que traen mucha ilusión aparte del dinero necesario. La única condición es la de seguir en Segunda B.
Un grupo de futbolistas y la totalidad del cuerpo técnico estaban presentes para apoyar todo cuanto dijo Paco Belmonte, un periodista murciano de 38 años con nombre de torero valiente, que se ve capacitado para darle la vuelta a la tortilla a una situación que ya rozaba el esperpento. Ahora los futbolistas ya saben que si dejan al equipo en Segunda B al día siguiente van a cobrar todo lo que se les adeuda. Es una oferta tentadora y atrevida.
No tiene ambages porque el discurso limpio, claro, de Belmonte, se aleja de los caminos intrincados por el que se atrevieron otros para no cumplir nunca. Ya ocurrió con el famoso Luis Oliver hace más de una década, ha ocurrido con Paco Gómez al dejar este una púa difícil de digerir y se repitió con Sporto Gol Man, quienes fueron de ir de más a menos hasta acabar absorbidos por el descrédito más absoluto.
La grada va a responder este domingo. El partido es vital y la afición lo sabe. Los jugadores también son conscientes de lo que van a jugarse, sólo falta que se lo crean de verdad y que compitan. Que se entreguen de verdad, sólo así habrá futuro con este grupo que puede traer de nuevo la luz y la ilusión al fútbol cartagenero.
