23 de noviembre de 2014, 21:40
Fue la clave del partido. En el minuto 38, cuando mejor estaba jugando el Cartagena, llegaría aquella jugada en la que Gato, tras un buen servicio de Seba Ribas, con toda la portería para él estrellaba el balón en el poste. Gato lo hizo todo bien, hasta el disparo. Pero esta vez la suerte le jugaría una mala pasada al Cartagena.
Se la jugó porque de ese 1-0 que ya se cantaba en la grada el Córdoba B en un rápido contragolpe, llevaba el balón a un saque de esquina que dio origen al primer gol de la tarde. Pasamos en un abrir y cerrar de ojos del 1-0 que habría sido justo en esos momentos a un 0-1 que dejaba algo ‘groggy’ a un cartagena que se retiraría al descanso perdiendo.
Lo demás ya es sabido y Gato, a la primera oportunidad que se le presentaba de nuevo ya no la desaprovechó para marcar por bajo el que acabaría siendo el gol del empate.
Después el lojeño se fue apagando, fruto quizás del esfuerzo y de las numerosas carreras en las que demostró a las claras que posee una velocidad endiablada, capaz de superar a cualquiera.
