17 de mayo de 2014, 9:49
En contraste con el buen ambiente previo al encuentro de este domingo, el hecho de que en las taquillas -abiertas, y también lo estarán por la tarde- hubo escaso movimiento. Lo que invita a pensar que la demanda de entradas se acumulará como es habitual en la misma mañana del domingo, media hora antes del inicio del partido. Será entonces cuando se formarán colas y más de uno se perderá los primeros minutos del encuentro.
La salida de la caravana albinegra -medio centenar de vehículos con banderas del Efesé del submarino- recorrieron desde las 12,45 las calles de la ciudad haciendo sonar el claxon para alertar a la ciudadanía de lo que futbolísticamente se avecina.
El arranque de la caravana se demoró por la causa expuesta de que los aficionados fueron autorizados a entrar en la zona de grada baja cuando el entrenamiento se hallaba casi finalizando. Los seguidores tuvieron 'parón' en la puerta 9 del estadio.
Una vez que los seguidores se situaron en las grada baja de Tribuna entonando cánticos con gritos de Efesé y frases de aliento, Efesé, sorprendieron a todos cuando realizaron el encendido de bengalas que desprendían luz roja. Fueron cinco o seis bengalas fugaces como aperitivo de la presencia de los peñistas en el recinto en el último entrenamiento ante el inicio del playoff con el Avilés.
LOS JUGADORES APLAUDIERON A LOS AFICIONADOS
Después de la sonada presencia de los esperanzados seguidores blanquinegros, los jugadores se acercaron a la banda para desde allí aplaudir a quienes les transmitían ánimos desde la grada.
"¡A por ellos, oé!" Se repetía en la grada, alternando los gritos con canciones de un repertorio para alentar a los cartageneristas más apagados.
Un grupo de niños, de equipos de fútbol base, esperó en la banda a los futbolistas que les saludaron y les dieron las gracias por su presencia en el estadio.
CARAVANA SONORA
A las 12,40 los peñistas, con Pencho Angosto al frente, abandonaron el entrenamiento (seguía la sesión de estrategia, con lanzamiento de faltas y penaltis) y comenzaba desde la explanada del Cartagonova la caravana que tendría punto final en un establecimiento de hostelería donde los aficionados fueron obsequiados con refrescos y cervezas. Un aperitivo en suma, que siempre viene bien, como comentaba Juanito, el hombre del bombo.