sábado. 20.04.2024

Salvo que ganase sus dos últimos partidos de 2014, que todo podría ser, al Betis B y al Real Jaén, la desilusión prende entre una gran parte de la afición cartagenerista, que ya da por perdida la temporada. Los 20 puntos actuaales, el puesto 11, haber ganado solamente tres partidos y estar nada menos que a una docena de puntos del líder UCAM lleva hasta la encrucijada de creernos que el cielo es posible o que el infierno está más cerca que lejos.

Después de ver el partido con el Cádiz, dónde los blanquinegros hicieron el ridículo más espantoso –los gaditanos ganaron jugando andando prácticamente- y de comprobar a lo largo de la semana que nadie del club aparece la situación es como para temblar: puesto 11, en tierra de nadie, con el cielo (puestos de playoff) que siguen estando al alcance (6 puntos) y puesto de máximo peligro (promoción de descenso, Cacereño) a 3 puntos y descenso automático (Cacereño, puesto 17) que se queda a un tiro de piedra también.

La situación no es buena y eso deberían de saberlo los propios responsables del club para que nadie se llame a engaño (Javier Martínez, Javier Marco, el mismísimo Florentino Manzano y los de Sofisvent, Sergio Sofía y Daniel Golpe) más o menos son los que soportan el peso del club en uno o en otro sentido, sin olvidar a Julio Ribas, que no habla con nadie, que promete, promete y que sus expectativas no aparecen por ninguna parte, futbolisticamente hablando. Por mucho que sea el entrenador más laureado en la historia del club, como dijo Florentino Manzano en su aparición ante la prensa, eso no vale para nada, como se está comprobando. Obras son amores y no buenas razones, que dice el refrán.

El Cartagena no gana desde que en la jornada 13 lo hiciera en Arroyo por 0-2, por cierto que dos regalos auténticos del meta rumano Savu. Ya son tres semanas y con el panorama que hay por delante no falta quien teme que la situación se complique más de lo que está aunque, curiosamente, Chus Hevia aseguraba los otros días a este digital que en el vestuario siguen hablando de que este Cartagena acabará clasificándose para el playoff. Sin embargo, hay entrenadores, de los pocos que han salido derrotados por el Cartagena, que en petit comité, han llegado a afirmar que el Cartagena ha sido el peor equipo al que se han enfrentado en mucho tiempo.

Otros años que se empezó con estos titubeos se acabó luchando por la permanencia. Los datos ahí están y son los que son. Inamovibles y reales. Pero claro, el dueño era otro y la historia también. Ahora, Ribas, aparte de no poder sentarse en el banquillo, tiene que trabajar a hurtadillas con sus jugadores procurando que la prensa no le fotografíe para evitar una sanción, como pasaba las otras tardes en La Manga Club. Y así creemos que es muy difícil que las cosas puedan salir bien.

La encrucijada en la que está el Cartagena es palmaria. O se ganan estos partidos que faltan para que acabe 2014 o tendremos que empezar a pensar que la segunda vuelta que espera será de las que hacen época. El cielo sigue estando al alcance pero el infierno vuelve a estar ahí.

La encrucijada albinegra: ¿miramos al cielo o al infierno?
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