REDACCIÓN
Este joven periodista valenciano no será recordado por haber conectado con los medios informativos en general a nivel deportivo en Cartagena. Llegó a Cartagena a primeros de octubre, de la mano del anterior presidente Javier Marco, y casi desde su llegada empezó a protagonizar episodios que sólo servían para perjudicar o enturbiar la imagen del club.
Él fue quien prohíbio que los jugadores siguieron acudiendo a tertulias después de que Julio Ribas padre montase en cólera al enterarse, desde Uruguay, que a su hijo le habían preguntado en una tertulia una pregunta ‘inoportuna’ a juicio del uruguayo. Para curarse en salud decidió cortar por lo sano y privar así a los abonados y seguidores cartageneristas de las declaraciones de los futbolistas.
Esteban protagonizó algún que otro rifi rafe públicamente –en el campo del ‘Medi’ le vimos uno concreto- y raro fue el periodista que cubría la información del Cartagena que no tuvo algún problema con el valenciano.En su haber cabe decir que las redes sociales supo manejarlas bien.
Su etapa en el Cartagena ha llegado a su final a pesar del bajo contrato que tenía. El administrador concursal que rige al club, Ramón Madrid, ya ha dicho públicamente que si lo denunciado por él –falsificación documental por una supuesta orden de Belmonte- fuera cierto el ejecutor sería el principal responsable de una situación que se le puede volver en contra.
Su breve paso por el club va a quedar muy lejos de los que le precedieron en ese cargo –Javier Rufete, Cristina Lozano o Antonio Martínez-, algunos de los cuales también ha sido criticado por el periodista valenciano, que muy probablemente dejará pocos amigos cuando se marche del club con el dudoso honor de haber sido el jefe de prensa más polémico, y el peor, en la historia del club.
