15 de septiembre de 2014, 12:46
Pocos son los que entienden en Cartagena que, en la jornada tercera, el entrenador del primer equipo, abandone la ciudad y emprenda un viaje nada menos que hasta Montevideo para conseguir los papeles que necesita para normalizar su situación, tanto en España en la que se encontraba como turista, como en el banquillo cartagenerista en el cual aún no se ha podido sentar.
Y es que lo de Ribas es un caso excepcional en el fútbol de Cartagena al menos. Uno, la verdad, no recuerda en el último medio siglo de fútbol, que un entrenador del primer equipo haya tenido que abandonar ni siquiera por tres o cuatro días, su puesto en el banquillo y se marche incluso a un largo viaje. En este caso un vuelo que dura no menos de 12 ó 13 horas y que, además, no tiene aún fecha de regreso.
Porque ¿quien hizo la alineación del Cartagena? ¿La hizo Ribas por skype? ¿O por whatsapp, que parece lo más probable? ¿Y hasta cuando vamos a estar así? ¿Cuando se ha visto una situación tan extraña en el Cartagena? ¿Que interés hay detrás de todo esto que suena o parece bastante extraño?
El Cartagena es evidente que se tiene que hacer mirar su situación. Nadie duda de la capacidad de Ribas y de sus logros como entrenador, pero la situación cartagenerista en la clasificación, de auténtica pena, da pie a pensar si en España no habría decenas de técnicos con menos problemas burocráticos y legales que Ribas para sentarse en el banquillo. Y que, de paso, conocieran bastantes más que Ribas a la Segunda B.
Marcharse en plena competición es un caso único por mucho apoyo que tenga en el banquillo. Un entrenador tiene que estar junto a su equipo, tiene que estar sentado en el banquillo y todo lo que no sea eso da la impresión de que tratan de hacernos comulgar con ruedas de molino.
Si el equipo reacciona pronto, que es lo que todos queremos, lo diremos con la mayor de las alegrías. Pero la realidad es la que es, un Cartagena que salvo los diez primeros minutos de Lorca no juega a nada, que tiene a un entrenador que se encuentra en Montevideo y que no son pocos los que piensan que aquí puede haber ‘gato encerrado’ mientras el equipo no sabe a lo que juega y muchos de sus futbolistas tuvieron que enterarse por la prensa de que Ribas se marchaba a Uruguay en plena Liga.
El ‘Gladiador’ deberá darse prisa por solventar su extraña situación y regresar con todo resuelto para sentarse en el banquillo. Y luego, reactivar a este equipo que no se aclara. Demasiados problemas a las primeras de cambio, cuando aún no se ha llegado ni a la primera curva de la competición.
Un caso cuando menos extraño este de Ribas. Yo, al menos, en más de medio siglo que llevo viendo al Cartagena todas las temporadas sin faltar ni a una y después de conocer a todos los presidente y a todos los entrenadores, no lo había visto nunca. Parece una historia propia del mejor Berlanga.
