Bonito ese momento en el que se ha podido reunir a los protagonistas de tanto trabajo planificado para que las cosas vayan bien y se cumplan los objetivos deportivos e institucionales, tan importantes unos como otros. Tiempos de bonanza en la historia futbolística de Cartagena donde se mantiene la esperanza de poder entrar en el fútbol profesional, tarde o temprano, más temprano que tarde, regresando a esa galaxia especial que nada tiene que ver con la Segunda B.
Cuarenta y una piezas hemos contado en el grupo cartagenerista, contando con presidente, mánager general, cuerpo técnico y responsable de los servicios médicos. Y con ellos (en espíritu) una masa importante de abonados y aficionados, cada vez más fieles, que normalmente irá creciendo conforme se consolide el proyecto.
Con ellos, abajo de la imagen oficial, los logotipos de una representación de las entidades que apoyan con patrocinios y que respaldan a la entidad, convencidos de la bondad del proyecto, partiendo del Ayuntamiento de Cartagena, que desde el principio abrazó el giro positivo que tomó la entidad a partir de eludir hace tres años el descenso a Tercera y tal vez la desaparición.