30 de octubre de 2014, 21:28
Hay convencimiento absoluto en el seno interno del Cartagena de que este viernes como máximo se recibirá desde la RFEF (Real Federación Española de Fútbol) la sanción cautelar que permita a Simón Ruiz sentarse en el banquillo, a pesar de haber sido sancionado con tres meses de inhabilitación por "prestar el carnet” de entrenador.
Los dirigentes trabajaban a marchas forzadas para intentar conseguir hacer efectiva esa sanción cautelar además de la comparecencia de este viernes ante los medios ya que el concurso de acreedores parece que también se encuentra a la vuelta de la esquina.
El club albinegro ya hizo sus alegaciones tal y como dio a conocer a través de una nota oficial que firmaba el propio accionista mayoritario, el abogado valenciano Javier Martínez. Ahora espera que prospere ese recurso y que se permita a Simón estar en el banquillo blanquinegro.
Resulta evidente que lo único que pretenden en el Cartagena es ganar tiempo para encontrar un entrenador con garantías que ayude a solventar la situación deportiva.
Julio Ribas tiene asumido que le tocará esperar hasta el mes de mayo, momento en el que se actualizará con el cursillo necesario de unas cuantas horas, con lo que todo quedará solventado en ese aspecto. Mientras a Ribas no le quedará otra que aguantar y trabajar en los despachos sobre todo.
POR LA MAÑANA UNA COSA Y POR LA TARDE OTRA
¿Quién dirigirá este domingo al Cartagena desde el banquillo? Es la pregunta del millón que nos hacíamos en la mañana de este miércoles y que ya podría tener respuesta. Porque ya se apuntan soluciones más cercanas y sencillas, que sean el preparador físico Miguel Cuesta -sin titulo para entrenar en Segunda B- y el segundo técnico, Domingo Cáceres, además de Simón Ruiz los que cojan las riendas ante el equipo linense y sean los encargados de dirigir a los futbolistas. Hablamos claro, de manera provisional. Es decir, si llega la cautelar todo seguiría igual.
El banquillo del Cartagena se ha convertido en una nebulosa
Esta es la solución que parece más efectiva ya que a Manolo Palomeque, técnico del equipo filial que, salvo sorpresas, permanecerá en su sitio y con su equipo. Simón Ruiz, Miguel Cuesta y Cáceres son los que están trabajando con el equipo desde el primer día y los que saben por donde marcha la hebra.
No obstante parece claro que Ribas seguirá ejerciendo el mando por lo que a la parte técnica se refiere, aunque se a novel de despachos, sin que nadie pueda inmiscuirse en quien no deja de ser ‘apoderado’ y ‘manager general’.
INSÓLITO E INAUDITO LO QUE OCURRE
Es evidente que hay preocupación en el seno de la plantilla. Lo que ocurre es algo inaudito, que jamás ha pasado en Cartagena al menos en las últimas cinco o seis décadas, por no decir en la historia. Y esto son datos facilmente contrastables.
En el Cartagena se han vivido situaciones esperpénticas, muchas insólitas y algunas hasta increibles pero ninguna como esta. El hecho de no contar con una cabeza visible ni en el vestuario ni en el banquillo es un asunto a corregir por la vía urgente en el conjunto cartagenerista. Se han hecho muy mal las cosas en ese sentido y bien estaría que se reconociera y que se pusieran manos al asunto para arreglar una situación que todavía tiene solución, antes de que sea demasiado tarde.
